¿Cada cuánto tiempo se deben cambiar los lentes?

Los lentes son mucho más que un accesorio de moda o un complemento del vestuario. Tenerlos en buen estado es preservar la vista y fomentar la salud de los ojos.

De acuerdo a lo reseñado en el Libro Blanco de la Visión, y difundido por el Colegio Nacional de Ópticos Optometristas, un 72% de los pacientes no acude a las revisiones médicas que les corresponden por considerar que ven correctamente. Así, dejan de chequear sus patologías visuales previas o si hay cambios en la graduación de sus valores optométricos.

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Muchas personas esperan a que los anteojos se rompan o se extravíen para tomar la decisión de cambiarlos, pero es necesario tomar en cuenta que los retrasos en su sustitución pueden generar problemas adicionales.

¿Cada cuánto tiempo se deben cambiar los lentes?

No hay un tiempo estipulado para cambiar los lentes. Lo cierto es que no se deben esperar cinco años o más para considerarlo. La recomendación de los especialistas es acudir a revisión médica una vez al año.

El escenario ideal es que sean los médicos quienes determinen si se necesita hacer un ajuste en la formulación o si esa graduación puede permanecer un tiempo más.

Por ejemplo, se podría hablar de un plazo de dos años en promedio para recomendar cambiar de lentes.

La revisión es la clave

Acudir a las consultas médicas de rigor es fundamental. Así como visitar al especialista ante cualquier molestia ocular y evitar dejar pasar síntomas como visión borrosa, cansancio o dolor de cabeza.

Especialmente en el caso de niños y adolescentes puede haber variaciones en las dioptrías, pues están en pleno proceso de crecimiento. También en este contexto hay que evaluar el desgaste que tienen, considerando que son objetos personales de uso diario y pueden ameritar una sustitución a consecuencia del deterioro.

Ver los anteojos como las herramientas para las que fueron concebidos genera consciencia sobre la necesidad de cambiarlos oportunamente. Estos están diseñados para mejorar la calidad visual, compensar los defectos refractivos y, por consiguiente, aportar calidad de vida.

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