"Yo solo le pedía a Dios que no me deje morir": Sobreviviente de naufragio en Magallanes entrega su dramático relato
- Por Nicolás Díaz
¿Qué pasó?
El pasado 21 de agosto la lancha a motor "Ana Belén" se hundió con cuatro tripulantes paraguayos en la región de Magallanes. Solo uno de ellos, Juan Rojas, logró ser rescatado de forma milagrosa dos días después de la tragedia y relató su historia de supervivencia en las inhóspitas condiciones del invierno magallánico.
"Yo solo le pedía a Dios que no me deje morir"
Rojas conversó con el medio paraguayo Monumental, a quienes describió como después del naufragio "una de las olas me tiró a las rocas, y yo me agarré con otras rocas, y antes de llegar al lugar a orilla grande, si llegaba me quebraba no aguantaba más, y tuve que hacer lo posible para salir de ahí, mis pies no daban más, me tiré al agua sin calcetines".
Tras poder llegar a tierra, se vio enfrentado al frío y la deshidratación, por lo que tuvo que tomar medidas extremas para mantenerse con vida: "Me desvestí de a poco tiritando, y tuve que aguantar (...) tuve que improvisar, con pasto taparme los pies y aguantar el frío. Tuve que orinar adentro de mi traje para mantenerme con calor".
Ir a la siguiente nota"Si no fuera por esas maniobras no iba a aguantar, porque el traje se congelaba y la única manera era orinar adentro, tuve que pensar en muchas cosas para sobrevivir", agregó Juan.
"Tuve que buscar una parte donde refugiarme, porque se ponía a nevar, en esa parte cae mucha nieve y encontré una cueva, y ahí me metí. Cuando entré tenía mucho dolor, porque tenía fracturadas las costillas, tenía sangrado en la nariz. Me senté y me apagué, yo creo que me desmayé. Al otro día, como a las seis me desperté, me estaba congelando", dijo en uno de los momentos más duro de su relato.
Sin embargo, el pensar en su familia, específicamente en su hijo, le dio las fuerzas para mantenerse con vida: "Yo solo le pedía a Dios que no me deje morir, porque tengo un hijo de siete años, y eso le clamaba, porque tenía mi hijo que necesitaba de mí, y le pedía que no me deje morir, ese era mi clamor a Dios".
Juan pudo ser rescatado luego de varias señales, silbidos y gritos desperados que fueron oídos por los tripulantes de otra lancha, quienes le dieron el aviso a la Armada. "Yo le pregunté por mis amigos, y me dijeron que era el único que habían encontrado, le dije que los llevaba (hasta el lugar) y me dijeron que no, porque estaba con principio de hipotermia, y que mi situación era crítica", contó.
Pese a su deteriorado estado de salud, la preocupación por sus compañeros continuaba, por lo que entregó la ubicación en donde supuestamente habían subido a tierra. "Les dije más o menos donde estaban, pero no sé si fueron a buscarlos o dieron con el lugar", lamentó finalmente Juan Rojas.
Revisa el relato de Juan Rojas tras sobrevivir al naufragio
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