Columna de Mauricio Morales: "¿Boric ungió a Kast?"

Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago.

Como he señalado no pocas veces, Kast tiene la primera opción para convertirse en el próximo presidente de Chile. Si bien las cosas pueden cambiar, mi apreciación se remite a los resultados que periódicamente entregan las encuestas de opinión. No se trata, entonces, de predecir o pronosticar un resultado, sino de analizar las cifras actuales que reportan las distintas encuestas de opinión cada siete días.

Esta semana, por ejemplo, Kast mantuvo, en promedio, la distancia con Evelyn Matthei que es de 9 puntos. En la encuesta CADEM, Kast sostiene el 23% de apoyo y Matthei retrocede al 15%. Luego, en la encuesta Panel Ciudadano-UDD y en la encuesta Criteria, Kast sigue siendo uno de los favoritos para avanzar a la segunda vuelta con 25% y 26% respectivamente, en empate estadístico con Jeannette Jara.

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Lo más importante para Kast, siguiendo la encuesta CADEM, es que detuvo el retroceso de un punto semanal, que llegó a acumular 6 unidades, tomando como base la medición del 14 de agosto en que registró un 29% de intención de voto.

En síntesis, y de acuerdo con estas cifras, Kast sigue resistiendo una campaña muy dura para él, en la que enfrenta, al menos, a dos alternativas de derecha que disputan un voto de similares características. No se le puede exigir, a estas alturas, que reproduzca niveles de apoyo cercanos al 30% o que marque diferencias de 14 puntos respecto a la candidatura que viene en el tercer lugar.

Lo relevante para él es que en caso de pasar a la segunda vuelta, su sector sumará cerca del 50%, y si se añade a Parisi, dicha sumatoria bordearía el 60%. Este dato es muy importante para proyectar lo que podría suceder en la elección legislativa.

Esta semana a Kast se le abrió una inédita posibilidad de protagonismo. En cadena nacional, el presidente Boric aludió indirectamente al líder republicano, señalando que una reducción del gasto público en 6 mil millones de dólares solo traería como consecuencia perder beneficios sociales tales como la PGU. Todo esto, en sintonía con el planteamiento técnico de Evelyn Matthei respecto a la imposibilidad de reducir el gasto público en esa magnitud sin afectar negativamente el presupuesto social. Kast, entonces, recibió un ataque bidireccional desde la izquierda encabezada por Boric y desde la derecha moderada de Matthei.

Este “apriete” bien pudo tumbar al candidato republicano, pues se le cuestionó su capacidad técnica para asumir el gobierno y, además, desde el comando de Jara se le acusó de encabezar una especie de “contra-reforma previsional” por su cuestionamiento al préstamo del 1.5% al Estado para mejorar las condiciones de los actuales jubilados. Al parecer, el objetivo era mostrar a un Kast sin un programa económico viable, y que producto de esta crítica, perdiera los estribos y comenzara a polarizarse aún más.

Parte de lo anterior se consiguió, pero trajo un efecto adicional. Kast salió a golpear al gobierno del presidente Boric con toda clase de epítetos. No se guardó nada. Atrás quedó el Kast pacífico, de voz pausada y de una calma que llegaba a desesperar. Kast tenía todo el derecho de defenderse, y su respuesta recibió una amplia cobertura de prensa. Aprovechó la coyuntura, además, para evitar que Kaiser monopolizara el discurso más duro hacia el gobierno, cuestión que le rindió en las encuestas de opinión, llegando a marcar dos dígitos.

En definitiva, si bien el gobierno intentó horquillar a Kast haciéndolo ver como un candidato inseguro y sin una propuesta económica clara y coherente hacia el país, también consiguió despertar al Kast de antaño, ese que en su minuto se enfrentó a sus excompañeros de ruta para decirles que la derecha había abandonado sus principios, y que con una paciencia a toda prueba, se instaló como la figura con más chances de convertirse en el próximo presidente de Chile.

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