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Les ofrecieron trabajo y millonario proyecto en el norte, pero era estafa: Padre e hija perdieron más de $230 millones

Más de $230 millones son los que perdió una mujer que fue víctima de una estafa, la que comenzó a gestarse desde 2016, cuando le ofrecieron una oferta laboral en el norte de Chile y posteriormente un millonario negocio que resultó ser una mentira.

Los autores del engaño son una pareja que recientemente fueron condenados a seis años de presidio por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Iquique, atribuyéndoles los delitos de estafa reiterada falsificación y/o uso malicioso de instrumento público falso.

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Los orígenes de la estafa

La trama delictual se remonta a octubre de 2016, cuando la culpable (identificada como Neysmy) visitó a la víctima en su casa. Ahí, en la comuna de La Florida, le comentó que tenía una empresa constructora en Iquique, dedicada a pintar fachadas de colegios, construcción de plazas y otros proyectos públicos en la ciudad nortina.

Las visitas continuaron hasta que Neysmy le ofreció un puesto de trabajo, adjudicándole la labor de coordinadora de movimientos de tierra y sal, y un sueldo de $4 millones; propuesta que fue aceptada.

 

Imagen referencial (Freepik)

 

En diciembre, en una de esas tantas reuniones que incluían hospedaje por parte de la afectada, la antisocial "le ofreció la posibilidad de crear una nueva empresa en donde sería socia de la misma, indicándole que existían dos licitaciones, una de movimiento de tierras y otra de una plaza en la comuna Huara, en la cual se podía obtener buenas utilidades", señalan los antecedentes del caso.

Para ello, se necesitaba un aporte de capital para financiar la idea, monto que la damnificada no tenía. Por lo mismo, Neysmy le propuso aportar su casa de La Florida a través de una venta y posterior hipoteca, la que sería pagada con las utilidades de la supuesta empresa. La víctima volvió a aceptar.

En la primera semana de diciembre firmaron dos escrituras públicas: la que creaba a la compañía (denominada Constructora del Solar Limitada) y la que establecía la compraventa de la casa, proceso del cual la víctima no recibió ningún peso.

La situación empeoró en Iquique

Después de varias postergaciones y excusas por parte de la imputada, la familia se trasladó a Iquique. Fue la pareja de Neysmy, Gilberto (el también sentenciado a presidio), el que los llevó a un departamento en el que no duraron mucho tiempo.

"En julio de 2017 debieron abandonarlo, debido a que una corredora le informó que los propietarios eran terceros, por lo que la víctima contactó a la pareja para que le explicaran lo sucedido", pero no obtuvo respuesta, según expone el juez Moisés Pino en su sentencia.

 

Imagen referencial (Freepik)

 

Fue así que se acreditó que la empresa original de Neysmy y Gilberto y la que se creó posteriormente nunca intervinieron o participaron en proyecto alguno de la municipalidad de Iquique, ni en las comunas de Alto Hospicio e Iquique, ni ante la Intendencia Regional de Tarapacá, ni menos en el rubro de extracción de sal u otro material.

De hecho, los imputados no tenían los recursos monetarios y materiales para abordar las supuestas licitaciones que decían tramitar, las que, por cierto, no existían.

El falso negocio millonario

La segunda estafa tiene el mismo origen que la primera: la casa de La Florida. En diciembre de 2016, ahí se reunió Neysmy con el padre de la víctima. Además de mencionarle su empresa constructora, le comentó sobre un negocio de transporte de sal en el norte que le aseguraría ganancias de entre $400 y $500 millones si es que invertía en él.

El hombre aceptó la idea y aportó un total de $122.900.000 a través de cheques y transferencias electrónicas millonarias a la cuenta bancaria de la imputada.

"Para generar la convicción que se trataba de una operación real y seria, Neysmy y Gilberto confeccionaron e hicieron uso de diversos documentos con los cuales se comprometían a pagar la inversión efectuada por el afectado y las utilidades proyectadas, pero que, sin embargo, en realidad, solo daban tranquilidad que su inversión y retorno estaban asegurados y serían pagados en el futuro", detalló el magistrado.

 

Imagen referencial.

 

Diligencias acerca de esta segunda estafa determinaron que los montos aportados por la segunda víctima no fueron destinados a proyecto o inversión alguna, sino que a gastos propios de los imputados.

En conclusión, toda la puesta en escena desarrollada por Neysmy y Gilberto tenía por objetivo crear la falsa impresión en las víctimas (hija y padre) que estaban tratando, participando e invirtiendo en negocios reales, viables y serios en la región de Tarapacá.

Todo esto generó que ambos afectados dispusieran de parte de su patrimonio, sea mediante la entrega de dinero o de un bien raíz, de los cuales se apropiaron los imputados, causándoles un perjuicio total por la suma
de $234.590.000.