Habla por primera vez mujer sorprendida en concierto de Coldplay junto a su jefe: "Fue un error cliché después de unos tequilas"
- Por Vicente Guzmán
En julio pasado causó revuelo a nivel mundial un video viral que mostraba a Andy Byron (53), entonces CEO de Astronomer, y Kristin Cabot (51), jefa de Recursos Humanos de la misma empresa en ese momento, abrazados en tono romántico, pese a que ambos supuestamente tenían pareja.
El momento se vivió en medio de una dinámica de "kiss cam" que se hizo en un concierto de Coldplay en Estados Unidos, sin embargo, provocó un escándalo en el país. Ambos perdieron su trabajo y sus matrimonios, aunque finalmente se supo que la mujer ya se encontraba separada y en proceso de divorcio con su marido, Andrew Cabot.
A cinco meses de lo ocurrido, Kristin Cabot habló por primera vez con la prensa y asumió que "tomé una mala decisión. Asumí la responsabilidad y renuncié a mi carrera por ello. Ese es el precio que elegí pagar".
Ir a la siguiente nota¿Qué dijo Cabot?
En conversación con The New York Times, contó que esa noche aceptó ir con amigos y Byron al concierto: "Quería ponerme un atuendo bonito y salir a bailar, reír y pasar una noche genial".
En ese contexto, se besó con su jefe mientras disfrutaban del concierto para luego ser captados por la cámara y ante millones de personas en el mundo. "Fue un error cliché después de unos cócteles de tequila (...). Lo que un instante antes parecía 'alegría, alegría, alegría', se convirtió en terror".

Renunció a su trabajo
Tras la viralización del video, Andy Byron fue despedido, mientras que le ofrecieron a Cabot continuar con su cargo, aunque ella decidió acordar su salida.
"No podía imaginar cómo podría ser jefa de Recursos Humanos siendo el hazmerreír de la gente", reflexionó. De paso, aceleró su proceso de divorcio y recurrió a apoyo terapéutico para sus hijos.
Amenazas de muerte
Lo más grave para la especialista en recursos humanos fue que después de la viralización del video comenzó a recibir amenazas de muerte y graves episodios de acoso. A veces le llegaban 600 llamadas diarias.
"Mis hijos tenían miedo de que yo muriera y ellos también", reconoció. En una ocasión estaba en una piscina comunitaria con su hija y un desconocido les tomó una foto. "Por favor, ¿podemos irnos?", suplicó la adolescente.
Finalmente, la mujer lanzó una reflexión: "No maté a nadie. Espero que todos los que comentan nunca se hayan equivocado. Quiero que mis hijos sepan que puedes cometer errores y que realmente puedes equivocarte. Pero no tienes que ser amenazado con morir por ellos".
Leer más de