Logo Mega

Este aviso se cerrará en segundos

Columna de Mauricio Morales: "Comunistas, Demócratas y Republicanos... pillos, hábiles y valientes"

Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago.

En un sistema de partidos como el nuestro, pululan colectividades históricas y de reciente fundación. Algunas han sido capaces de sobrevivir a la crisis de representación, y otras aprovechan los espacios que van dejando los partidos tradicionales. Mientras el PC aspira a capturar el voto de izquierda cautivo que bordea el 30%, Demócratas se nutre de una privilegiada posición estratégica, acercándose a la derecha y apuntando a pulverizar la base electoral de la DC.

Republicanos, en tanto, toma palco y solo observa cómo Evelyn Matthei comete errores tan gruesos como sugerir que en las próximas elecciones habrá fraude. Eso la asimila más a Kast que a un candidato moderado. Republicanos sabe que el elector de derecha siempre preferirá el original antes que la copia.

LO ÚLTIMO

Pero vamos por parte. El PC, en palabras del senador Núñez, solicita al gobierno recurrir a la presión ciudadana para sacar adelante el paquete de reformas que se prometió en el programa. Suena sencillo, pero el PC sabe que no cuenta con espaldas suficientemente grandes como para cumplir con este propósito. De hecho, la agenda del gobierno no goza de popularidad, y muy pocos se movilizarían en su favor.

Mayoritariamente, las personas prefieren que el 6% de cotización adicional vaya a capitalización individual, que regrese la selección a los establecimientos educaciones emblemáticos, y que los militares participen de la seguridad pública, entre otras. ¿Qué sentido tiene, entonces, llamar a la movilización social en estas condiciones? Desde una perspectiva político-gubernamental, ninguno. Desde una perspectiva estratégico-electoral, todo.

El gobierno, según la última Cadem, no se mueve significativamente del 30%. Es un electorado leal a Boric y a los principios que originalmente defendió en su campaña. De eso no queda absolutamente nada, salvo el orgullo de morir con las botas puestas. Y a eso apela el PC. Mientras el Socialismo Democrático se esmera en negociar para al menos sacar parte del pacto fiscal, el PC ya se adelantó en la búsqueda de ese 30%, quedando como un partido fiel a los principios fundacionales de la coalición que llevó a Boric al poder. El PC, entonces, ya se está preparando para la derrota y, con el fin de evitar un retroceso mayor, se intenta atrincherar y apoderar de ese 30%, anticipándose a los otros partidos de izquierda. El que pega primero, pega dos veces, dicen.

 

 

Demócratas es otro caso de estudio. Partió como una escisión de la DC y hoy alberga a representantes de otros sectores. Ya ganó la vicepresidencia del Senado y aspira a quedarse con la testera de la Cámara. Su presidenta, Ximena Rincón, está dispuesta a competir con Matthei en una primaria de la centro-derecha. ¿Para qué hacer esto?, ¿no será una estrategia suicida? No. Es una estrategia correcta. Rincón sabe que Matthei necesita pasar por una primaria para ganar la presidencial de 2025. Es cosa de mirar la historia. Desde 2013 que todos los Presidentes han enfrentado una primaria.

En la derecha nadie quiere competir contra Matthei porque es derrota segura. Rincón, en cambio, sí ha mostrado disposición. El cálculo es simple. Rincón participará de la primaria, pero a cambio exigirá cupos privilegiados para sus candidatos al Congreso. Con eso, arma partido, se consolida con sus bancadas en Cámara y Senado, accede a financiamiento público, y recién después de eso podrá independizarse de la derecha y conquistar al elector de centro. Lo concreto es que si Demócratas forma parte del pacto más votado para las legislativas de 2025 -que en teoría será Chile Vamos- puede morder lo último que queda de la base electoral de la DC. Veremos si el plan funciona.

Finalmente, está Republicanos. Herido después del plebiscito y con un Kast menos protagónico, su afán es seguir absorbiendo votación de centro-derecha, tal como ocurrió en las últimas elecciones de Consejeros Constitucionales. Para eso, negocia sin miedo. Si hay que enfrentarse a Chile Vamos en algunas comunas, lo hará. Si tiene que apoyar independientes que comulgan con sus principios y que compiten con Chile Vamos -es decir, un enfrentamiento “camuflado”- también lo hará. Y si hay que seguir arrastrando a Matthei más a la derecha, mejor, pues en ese territorio electoral, manda Kast.

Estos tres partidos representan distintos formatos de estrategia política. Una especie de combinación entre pillería, habilidad y valentía para competir. El balance se hará después de las legislativas de 2025, pero por ahora -y solo por ahora- los tres van bien encaminados.

Todo sobre Cadem