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Columna de Mauricio Morales: Allende y Pinochet, los peores

Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago.

La reciente Cadem muestra resultados contundentes. Los chilenos evalúan mejor al primer gobierno de Bachelet (55%) y al primer gobierno de Piñera (48%). Los segundos gobiernos de ambos, en tanto, registran evaluaciones positivas de 31% y 30%.

Esto no deja de sorprender, especialmente por la mirada crítica que la nueva generación de izquierda tiene sobre los gobiernos democráticos de la post-transición. En efecto, las cosas se pudieron hacer mejor, pero es indiscutible el crecimiento del país, la disminución de la pobreza e, incluso -aunque algunos renieguen de las cifras- el descenso de la desigualdad.

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Desconocer todos estos avances es ignorancia o mala fe. A eso se añade el proceso de internacionalización de Chile, y la construcción de una democracia estable y sólida que, entre otras cosas, fue capaz de sortear la presión de Pinochet en la década de los ’90, y un violento estallido social en 2019.

Hay datos dolorosos, eso sí. Entre ellos, la baja valoración de los gobiernos democráticos de Lagos (26%) y Frei Ruiz-Tagle (29%), empatados estadísticamente con la dictadura de Pinochet, que registra un 27%.

Es una evaluación injusta. Resulta difícil entender que una dictadura tenga valoraciones similares a dos gobiernos democráticos con más luces que sombras. En democracia se pueden cometer errores, pero es mucho mejor reconocer y corregir esos errores, que cambiar una democracia por una cruenta dictadura. Sin embargo, estos datos son consistentes con otras mediciones. Por ejemplo, la encuesta CEP de diciembre de 2022 mostró un deterioro en los apoyos a la democracia.

Frente a la afirmación, “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, solo un 49% estuvo de acuerdo, 12 puntos menos que en 2021. La encuesta MORI, de mayo de 2023, en tanto, mostró una especie de revalorización del “pinochetismo”. Un 36% -el doble respecto a la medición de 2013- sostuvo que el 11 de septiembre de 1973 se liberó a Chile del marxismo, mientras que idéntico 36% -20 puntos más que en 2013- sostuvo que los militares tuvieron razón a la hora de hacer el golpe de estado.

A 50 años de uno de los eventos más traumáticos de la historia de Chile, no deja de conmover -y hasta resulta peligroso- un incremento tan significativo de la imagen del quiebre democrático, y del desempeño político del dictador Pinochet.

La izquierda tampoco puede echar mano al gobierno de Allende. Es el que registra la peor evaluación (23%). Si bien es comprensible que sea una figura unificadora para ese sector político, su gobierno es ampliamente rechazado por los chilenos. El Presidente Boric ha hecho alusión no pocas veces a la figura de Allende, sin percatarse que su liderazgo genera más escozor que orgullo. No es buena idea seguir el ejemplo de Allende, y mucho menos el de Pinochet cuando se analiza a la derecha. Llamarlo “estadista” es un horror político de proporciones, considerando además que en su administración se violaron sistemáticamente los Derechos Humanos, y se metieron las manos a los recursos fiscales mediante prácticas corruptas y deleznables.

Ambos gobiernos- Allende y Pinochet- nos debiesen servir como modelo que lo que no hay que hacer, por más que despierten emociones de todo tipo e, incluso, una admiración que deslinda con el fanatismo.

Todo esto lleva a concluir que los gobiernos de Allende y Pinochet son los peores de la historia reciente de Chile. Es cierto que las evaluaciones de Pinochet han aumentado, lo que es una muy mala noticia para la democracia, pero al mismo tiempo resulta muy evidente que ambos gobiernos están lejos de ser ejemplares. La diferencia obvia entre ambos es que Allende llegó al poder vía voto popular, y que Pinochet lo hizo bombardeando La Moneda. Es mejor dejar ambos liderazgos para mirar con dolor el pasado, que usarlos de modelo para pensar el futuro.

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