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Este aviso se cerrará en segundos

Estuvo dos años con una extraña picazón en sus manos y los doctores le entregaron una devastadora noticia

El confinamiento para Maria Barry, una madre de 58 años, fue difícil, no solo porque dejó de ver a muchos de sus seres queridos, sino también por un devastador diagnóstico médico que recibió.

Todo comenzó una vez que la mujer, que reside en Harrow, al noroeste de Londres, en Inglaterra, comenzara a presentar algunas molestias en su cuerpo, como picazón en la zona de sus manos y resequedad, en marzo del 2020.

En un principio, la afectada creyó que se trataba de una reacción al haber utilizado un producto de limpieza que compró, pero dos años después, en abril del 2022, al no saber lo que tenía, decidió ir al médico. En aquella ocasión, los especialistas le informaron que tenía un cáncer de las vías biliares.

Lo más impactante de su caso, es que los doctores le notificaron que la enfermedad, que es poco frecuente, no tenía tratamiento que pudiera curarla, informa Independent.

"No paraba de llamar al médico"

A raíz de su diagnóstico, Maria comentó que, en un principio, quedó consternada, ya que nunca tuvo mayores problemas de salud.

"Había tenido cálculos biliares un par de años antes y me acabaron extirpando la vesícula, pero aparte de eso nunca había tenido ningún problema de salud", explicó.

"Durante el confinamiento, desarrollé un padecimiento que me resecaba las manos y tuve que usar guantes. Al principio pensé que era una reacción a un nuevo producto que había comprado para limpiar la cocina", afirmó.

En esta línea, indicó que "(las manos) me picaban mucho y me dolían los codos, las articulaciones, todo, y no paraba de llamar al médico".

 

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Optó por pausar el tratamiento y comenzar otro

Una vez que le notificaron de la enfermedad, Maria detalló que se trataba de "una masa de 9 centímetros, conocida como 'colangiocarcinoma intrahepático' y me ofrecieron quimioterapia, la cual comenzó en mayo".

Sin embargo, dejó en claro que "estaba tan fatigada y enferma que los médicos decidieron poner en pausa la quimioterapia, la cual aún no he reanudado, porque estaba llegando al punto de pensar que la quimioterapia iba a matarme".

 

Independent

 

Debido a esta decisión, los doctores le explicaron a Maria que, sin el tratamiento, le quedaban entre 3 a 6 meses de vida, lo que despertó preocupación en ella y sus hijos Nico, Luca y Nadia.

No obstante, comenzó a recibir un tratamiento de "terapia génica", el cual supone tener menos efectos secundarios, pero tiene un alto valor: "Recientemente, he empezado a tomar el medicamento y, aunque es demasiado pronto para saberlo, espero que mejore mi calidad de vida", cerró.

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