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¿Te tiembla el párpado? Conoce cuándo es una situación para consultarlo con un médico

Seguramente, más de alguna vez te han temblado los párpados, ya sea mientras estabas en el computador, leías o mirabas TV. Es una manifestación del cuerpo involuntaria y hasta molestosa si se extiende por un largo rato.

Muchas personas lo asocian a estrés, y están en lo correcto, aunque las causas son varias. Por sí solas son benignas (no generan daños a la salud), pero pueden ser signos de trastornos neurológicos preocupantes

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Por lo tanto, cualquiera sea el contexto en que se manifiestan, la recomendación es no pasarlas por alto y hacer las respectivas consultas en el centro médico más cercano. 

¿Por qué me tiembla el párpado?

Más que temblores o palpitaciones del párpado, médicamente se denominan "fasciculaciones" y consisten en breves contracciones musculares que se aprecian a simple vista. De hecho, son las mismas que ocasionalmente contraen el vasto medio (músculo de la cara interna del muslo que llega hasta la rodilla). 

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Natalia Barbero es jefa del Servicio de Neurología del Hospital Universitario HM (España) y explica que se originan por "una activación espontánea de las neuronas motoras en la médula espinal o por hipersensibilidad de las fibras musculares".

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Ya sea la activación o la hipersensibilidad, el origen se alimenta de las siguientes causas:

  • Fatiga muscular (después de hacer ejercicio, por ejemplo).
  • Estrés y ansiedad.
  • Falta de electrolitos como el magnesio, calcio o potasio.
  • Deshidratación.
  • Estimulación nerviosa excesiva.
  • Uso de estimulantes (cafeína, nicotina).
  • Fármacos (como algunos antidepresivos o diuréticos).

¿Cuándo debiera preocuparme por los temblores en el párpado?

La especialista en medicina familiar, Ana Belén Luengo, señala en Cuídate Plus que las fasciculaciones "podrían ser síntoma de una enfermedad muscular o neurológica, como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) o neuropatías periféricas".

En ese sentido, requieren atención cuando las contracciones musculares están acompañadas por:

  • Debilidad muscular progresiva. 
  • Atrofia muscular.
  • Dificultad en la coordinación o el habla.
  • Espasticidad o rigidez muscular.

"Si son persistentes y se acompañan de estos síntomas es importante consultar, ya que podría indicar una disfunción neuromuscular que requiere evaluación médica; si son aisladas y ocurren en solitario, suelen ser benignas y no requieren observación de especialista", precisó Barbero.

Todo sobre Salud

Este artículo está diseñado para informar y no pretende dar consejos o soluciones médicas.

Consulte siempre a su doctor o especialista si tiene dudas sobre su salud o antes de iniciar un tratamiento.