Estudio revela que los niños son menos propensos a desarrollar Covid-19 persistente
Un estudio reciente revela que los niños corren menor riesgo de padecer Covid-19 persistente, que se caractiza por pruebas con resultados negativos pero con la manifestación de algunos síntomas de la enfermedad.
Los síntomas del coronavirus se han prolongado en muchas personas hasta 16 meses después de contagiarse, lo que ha generado más preocupaciones e investigaciones sobre las secuelas.
Entre las principales señales destacan el dolor en el pecho, tos, pérdida del cabello, fatiga, problemas psicológicos y dificultad respiratoria. También pueden darse daños en la vista, por la pérdida de fibras nerviosas y la densidad de las células dendríticas.
Menos propensos al Covid-19 persistente
A pesar de que desde el inicio de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó que quienes corren más riesgos son los mayores de 60 años o enfermos con afecciones subyacentes, los niños también pueden contraer el virus.
Por suerte, según investigaciones del King’s College, de Reino Unido, los infantes corren menor riesgo de enfrentarse con las molestias de salud que se prolongan tras tener coronavirus, pues usualmente sus afecciones pasan rápido.
Según el informe, se evaluaron casos infantiles durante un año y se concluyó que menos de un niño de cada 20 mantenía síntomas después de las cuatro semanas de contagio. Asimismo, se supo que prácticamente todos estaban recuperados a los dos meses.
Así es la duración del virus en los niños
El estudio, difundido por la revista The Lancet, reveló que los niños de 5-11 años mantienen la infección por alrededor de cinco días, mientras que los del grupo etario de 12-17 pueden prolongarla por siete días.
En ocasiones muy puntuales, cercanas a un 1.8% de la muestra explorada, tuvieron incomodidades derivadas después de los dos meses de enfermarse.
Los especialistas también determinaron que entre los síntomas más frecuentes en sus observaciones, y las derivadas de hospitalización, están la fatiga, dolor de cabeza, pérdida del olfato y tos.
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