Tomás Leiva recordó su "mayor vergüenza" en un restaurante del sector oriente de Santiago: "Fue horrendo"

Tomás Leiva, integrante del exitoso pódcast "Tomás va a morir", participó en el más reciente capítulo de "Sin Editar", el programa digital conducido por Pamela Díaz. Las risas no se hicieron esperar durante la entrevista, especialmente tras la insólita anécdota que relató.

Todo comenzó cuando la "Fiera", siguiendo el clásico cuestionario que realiza a sus invitados, le preguntó cuál había sido su mayor vergüenza. El comunicador no tardó en recordar el momento y dejó sorprendida a la animadora con un bochornoso episodio.

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Tomás Leiva vivió su "mayor vergüenza" en un restaurante por culpa de un dolor de estómago

"Me hice caca en un restaurante chino. Creo que es lo único que más se me viene a la mente. Con mi hijo al lado", respondió. Al ver a Pamela descolocada, Tomás añadió: "Sí, pantalón blanco. Fue horrendo, fue una hueá totalmente asintomática".

El podcaster contó que estaba enfermo del estómago, aunque hasta ese momento no había presentado ningún síntoma. Ese día, fue con su hijo a un restaurante en el sector oriente de Santiago: "Le dije, hijo, te quiero invitar a comer a un lugar muy bonito que está al lado del Ritz, el Palacio Danubio Azul", recordó entre risas.

Sin embargo, mientras esperaba su pedido, ocurrió lo impensado. "No me dolía la guata, no estaba con fiebre, estaba sentado… pero sí sentí un gas y dije 'vamos a dejarlo en esta silla', porque hay técnicas que uno hace. Procedí y no era nada un pedo, hueón, y yo sentí todo".

En esa compleja situación, Tomás optó por dejarle su tarjeta bancaria a su hijo, decirle su clave y pedirle que pagara cuando llegara la comida. Rápidamente, caminó hasta el baño, donde enfrentó un nuevo inconveniente.

"Llego al baño, lo cierro con llave y procedo a buscar papel. No había papel. La única ropa que tenía ya estaba toda cagada. Pamela, tuve que sacármela, tuve que lavar el calzoncillo para después volverlo a ensuciar y lo dejé ahí…", señaló.

Pamela interrumpió la historia exclamando: "¡Qué asco!", frente a lo cual Tomás confesó: "A mí me da pena porque me imagino que alguien tuvo que, en algún momento del día, ir a sacar esa huevada de ahí, y yo, como un cobarde, me fui".

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