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Preocupado de sus aros: La insólita pregunta que habría hecho el rey Carlos III tras enterarse de la muerte de Diana

Este 31 de agosto se cumplen 26 años del deceso de Diana de Gales, también conocida como Lady Di, producto de un accidente de tránsito en París, Francia, mientras viajaba con su novio Dodi Al Fayed.

Una muerte que sigue entristeciendo a los fanáticos de la monarquía británica, quienes continúan averiguando todos los pormenores que rodearon al fatídico suceso.

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¿Qué preguntó el rey Carlos III al momento de la muerte?

El rey Carlos III, que en 1997 era el príncipe heredero al trono, fue uno de los primeros en enterarse de que su exesposa había tenido un accidente en Francia.

Desde Londres voló hasta la capital francesa, llegando en la madrugada a ver el cuerpo en la morgue del hospital Pitié-Salpêtrière.

 

Carlos III y Diana de Gales

 

Pero antes de viajar, Carlos III realizó una llamada al centro médico y se comunicó con la enfermera Humbert, a cargo del cadáver de Diana. En el contacto, de acuerdo a ABC News, el entonces príncipe se encontraba muy preocupado del aspecto de su ex, quien "querría verse lo mejor posible" en el ataúd, de acuerdo a sus dichos, para quienes irían a verla en el velorio.

Esta petición, la enfermera reconoció que la "sorprendió" para bien, e incluso detalló que Carlos también le consultó sobre los aros que estaba llevando Diana. Esa noche, la madre de Harry y William estaba usando sus alhajas de oro favoritas.

Humbert le contestó que Diana solo llegó con una en su oreja izquierda. La otra fue encontrada 8 semanas después en la capital francesa.

 

Registros de la cámara de un hotel horas antes del accidente de Diana. En su oreja se ve el pendiente que estaba utilizando

 

Si bien esta pregunta de Carlos lo hizo quedar como un exesposo preocupado frente a la enfermera del hospital, quien tenía en realidad la inquietud era la reina Isabel II, ya que quería saber el paradero de las preciadas joyas que pertenecían a la corona. De hecho, fue ella misma quien habría llamado esa noche a un cónsul británico en Francia, no para saber cómo estaba su exnuera, sino para saber el paradero de la joyería.

La preocupación existía dentro de la realeza debido a que rechazaban tajantemente que los objetos valiosos que Diana tenía —muchos de ellos perteneciente a la Corona— quedaran en manos de la familia Al Fayed.

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