Daños a la biodiversidad y preocupación por avance de la especie hacia otras zonas: El problema de la plaga de castores en el sur
- Por Lucas Figueroa
¿Qué pasó?
Una preocupación genuina ha despertado en distintos expertos la presencia de una plaga de castores en el extremo sur del país. Esto por los diversos que ha generado en Tierra del Fuego e Isla Navarino, en los llamados "bosques fantasmas", la presencia de esta especie introducida en Magallanes que continúa expandiéndose y genera preocupación por su potencial avance hacia zonas icónicas de la Patagonia chilena.
Esto se debe a que, al levantar sus represas, estas especies inundan los bosques y provocan la muerte de árboles, desordenan los ríos, destruyen la vegetación, abren espacio para plantas exóticas y modifican la fauna, según consigna El Mercurio.
Esto, según expertos, significa una fuerte pérdida de biodiversidad y daños para las comunidades humanas, por ejemplo, al afectar el suministro de agua potable.
Ir a la siguiente notaLos problemas de la presencia de castores en la zona
Ramiro Bustamante, investigador del Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC) y experto en invasiones biológicas, mencionó al medio anteriormente citado, que esto "es un problema de larga data que se mantiene. La evidencia indica que el castor sigue avanzando en el sur e incluso se cree que esto ha empeorado, porque es cada vez más frecuente ver castores", dijo.
La llegada de estos animales fueron introducidas en Tierra del Fuego en 1946 para crear una industria papelera en Chile, pero la idea no llegó a buen puerto y la especie se convirtió en una plaga que hasta el día de hoy afecta al entorno.
Los primeros indicios de expansión aparecieron a mediados de los 90, cuando se detectaron castores en sectores cercanos al canal Beagle.
A pesar de distintos intentos por controlar la situación, el problema persiste. Según Bustamante, "hay una pérdida considerable de bosque, cercana a 25 mil hectáreas en el lado chileno.

Por otro lado, Dalay Vargas, investigador que vive en Puerto Williams y que estudia esta invasión, señala que una estimación de 2020, en Tierra del Fuego habría cerca de 100 mil castorera, lo que arrojaría una población cercana a 300 mil castores.
En cuanto al impacto visible de todo esto, Vargas apunta a que "se ven bosques inundados, árboles muertos en pie y, los que alcanzaron a ser cortados, fueron hechos represas y madrigueras. Hay pérdidas de biodiversidad vegetal alrededor y se forman humedales que llaman al crecimiento de plantas exóticas donde había bosque nativo.
Preocupación por la expansión hacia el norte
Rafael García, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad, dice que los castores "ya están llegando más al norte de Tierra del Fuego y creo que avanzarán mucho más si tienen la posibilidad (...) es un comportamiento natural de la especie".
"En ausencia de depredadores y controles que han sido poco efectivos, se estima que se seguiría avanzando hacia el norte", subraya, agregando que "si pensamos que se va moviendo por sectores con agua y ecosistemas boscosos esto puede avanzar bastante más arriba. No hay razón científica para creer que quedarán solo donde están ahora.
"Contener su expansión exige esfuerzos continuos y costosos, y lo que hay que ver es si las autoridades están dispuestas a ello", sentencia Bustamante.
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