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Consumo de drogas y sacrificios para probar "lealtad": Así funcionaba la secta liderada por Antares de la Luz

¿Qué pasó?

El 23 de noviembre del 2012, ocurrió un hecho que marcó a la zona de Colliguay, región de Valparaíso: el sacrificio de un recién nacido en una peligrosa secta impactaría a todo un país y que daría un vuelco a cómo se investigaban estos grupos.

El hecho ocurrió exactamente en noviembre de dicho año, en los cerros de la región de Valparaíso, con una secta liderada por Antares de la Luz (Ramón Castillo), aunque el caso se haría conocido para abril del 2013.

Natalia Guerra sería la mujer que daría a luz a un recién nacido el 21 de noviembre, a quien llamaron Jesús. Sin embargo, esto para Castillo, significaba un "ataque de Lucifer y de Satanás".

"Al tomar conocimiento del embarazo de Natalia Guerra la reacción de castillo era que estos es un ataque de Lucifer y de satanás hacia él. Logramos determinar que a fines de octubre ya todos sabían que la decisión era eliminar a este ser", señala el Fiscal Juan Emilio Gatica, a cargo del caso.

Consumo de drogas

Fueron 6 los integrantes de esta secta los que fueron trasladados hasta el lugar del asesinato del recién nacido para la reconstitución de escena. Allí estos señalaron que el consumo de drogas era recurrente.

Ante ello, Gatica señala que tras la investigación, se confirmó que "había conocimiento de tráfico de drogas, consumo de ayahuasca por miembros selectos".

La madre del recién nacido que fue sacrificado, Natalia Guerra, para el momento que daría a luz al bebé, afirmó haber consumido esta droga para aliviar los dolores.

"Como secta destructiva había un control total por parte del líder. El motivo principal de la secta era prepararse para el fin del mundo y pasar a una dimensión que pasarían solamente los elegidos", afirma el fiscal.

Sacrificios en la secta

Asimismo, Gatica señala que Antares de la Luz los exponía a graves maltratos físicos e incluso sexuales a mujeres que integraban esta secta.

"Habían malos tratos físicos, habían malos tratos de carácter sexual, agresiones sexuales a las mujeres. Los hizo sacrificar animales todo como una prueba de lealtad y de obediencia", detalla el fiscal.

Fue así como, finalmente, el 23 de noviembre, dos días del nacimiento del niño llamado Jesús, el bebé fue asesinado en la hoguera, lo que era pretendido como la "salvación" por el supuesto fin del momento.

"Ellos tenían conocimiento que el hijo de la imputada que se gestaba en el vientre era el anticristo, era el adefesio. Todos los días se consumía ayahuasca esperando la fecha límite donde el mundo iba a desaparecer", añade el inspector Jorge Naranjo.

Un discurso y "labia"

Todos aquellos que fueron "reclutados" por Antares de la Luz, eran personas con recursos, profesionales, aunque la mayoría con carencias afectivas, de las que se aprovechaba el líder de la secta.

"Era un sujeto inteligente, con capacidad de planificación. Adicionalmente, sus características dan cuenta que tenía una estructura y funcionamiento psicopático", señala el comisario Cristian Jiménez, quien fue el encargado de elaborar el perfil de Castillo.

Ejerciendo estrategias de control y manipulación, es que Ramón "tenía esta idea sobrevalorada de sí mismo donde él se veía y se transmitía al resto como como un dios. Él tenía un discurso y una labia que le hacía encantar", manifiesta el comisario.

Sin embargo, tras hacerse público el hecho, Antares de la Luz escapó hasta Perú, cambiando de aspecto, aunque era reconocido localmente junto a su pareja por vender artesanías. Finalmente, se quitó la vida y fue encontraron en una casa abandonada en el Cuzco el primero de mayo de 2013.

¿Qué condenas recibieron?

La diseñadora gráfica, Natalia Guerra, fue condenada a 5 años de cárcel por el delito de parricidio. A su vez, cinco integrantes de la secta fueron condenados como encubridores.

Pablo Undurraga, quien era la mano derecha de Ramón Castillo, fue acusado de homicidio calificado, ya que operaba como una especie de "gerente de operaciones" de la secta. Sin embargo, al día de hoy, están todos en libertad.

Y es que aunque "habían peritos que decían que estaban absolutamente locos, lo que se hizo fue obtener una condena efectiva con solo cinco años, puesto que colaboraron con la investigación", añade el fiscal Gatica.

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