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"Es una vida sufrida, no estamos en paz": villa de Maipú alega inseguridad tras ola de robos e intentos de secuestro

  • Por Meganoticias

La villa Santa María de Maipú es una localidad como cualquier otra. Sus calles parecen tranquilas, escondiendo el oscuro pasar que vecinos denuncian. Olas de violentos robos, portonazos e incluso intentos de secuestro, tienen en vela a locatarios que exigen más seguridad en sus calles.

Una vecina, de quien no se reveló su nombre, aseguró haber zafado de un posible secuestro. Cuenta que a las 8 de la mañana, cuando se disponía a ir a su trabajo, fue interceptada por un auto gris a la mitad de la calle. Junto a otra niña, que iba al otro lado de la vereda, pudieron haber sido víctimas, de no ser porque ambas escaparon a tiempo.

"Eran cuatro y se bajaron dos. Ahí veo una niña y van directo a ella. Se defendió porque era más alta y ahí ella me dice que arranque. Yo corrí y miro hacia atrás, el tipo iba hacia mí y me apunta con la pistola", relata la mujer. Fue ahí cuando la alarma vecinal sonó, ahuyentando a los sujetos.

"No estamos en paz"

Sus vecinos están desesperados. Desde enero, aseguran, que han incrementado los robos a plena luz del día en la villa y robos de todo tipo: desde hurtos, lanzazos, encerronas e incluso aquellos más temerarios que se meten dentro de las casas para robar.

Maika, una de las afectadas, cuenta que "comenzó una ola de delitos, de portonazos, asaltos simples y graves, hurtos, lanzazos, robo al antejardín. Saltan las rejas, se meten a nuestras casas y ahora se ha hecho una vida demasiado sufrida".

Asimismo, agrega: "No estamos en paz. Somos la carne de cañón que hoy día está sufriendo las faltas que tiene el sistema de seguridad que sufre a nivel país. Han baleado vecinos, asaltos gravísimos".

Por esto es que temen por sus vidas y por sus hijos, que recientemente entraron al colegio. "Todos los vecinos tienen un ritual, seguirlos, estar al pendiente y encomendarse a Dios para que lleguen vivos".

La "trinchera" de Santa María

Los vecinos dicen que el abandono de la policía en la villa es real. Tanto así que han sido ellos los que se han tenido que organizar para hacerle la "pega más difícil" a los delincuentes. Al costado de la villa, debía construirse un puente, el cual era el camino para los antisociales al escapar. Ahora, está tapado por los vecinos.

"Los vecinos en un acto de desesperación hicimos un llamado a todos y juntamos rejas para impedir que los delincuentes escaparan. Por último, dijimos ‘le haremos la pega más difícil’", detalla Maika.

Para lamento de los locatarios, no es en la noche donde ocurren la mayoría de estos delitos, sino que a plena luz del día es donde los delincuentes eligen a sus blancos.

"No quiero ver a mis vecinos en un ataúd"

Hace más de 14 años que les prometieron más seguridad con la construcción de una comisaría en medio de la villa Santa María. ¿De eso? Nada. Apenas una caseta de seguridad municipal, la que no alcanza a cubrir las reales necesidades de seguridad de los vecinos.

Manuel es uno de los vecinos y data de hace más de una década la frustración de no tener dotación policial en las cercanías: "Da rabia porque hace años que nos prometieron una comisaría".

Por su parte, Maika, debe luchar por sus vecinos y pensar en "frío" cuando un delito ocurre. Asimismo, dice que sus vecinos están con miedo, atemorizados y muchos no quisieron hablar por el mismo motivo.

"Yo día a día tranzo vivo escuchando los auxilios de las personas. Yo no quiero ver a mis vecinos saliendo en ataúd. Nadie quiere hablar porque tienen miedo. Cuando llegan los llamados de auxilio de los vecinos, tengo que ser fría y actuar. Llevo muchos años soportando esta situación y ahora pienso que vamos a perder a alguien. Los quiero ver felices como todo ciudadano merece", concluye.