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"Los muertos no paran de llegar": La dura realidad en las morgues mexicanas tras desatada violencia

¿Qué pasó? 

Una pequeña bodega en el sur de México almacena miles de osamentas no identificadas. Sin ventanas ni climatización, en su oscuridad palpita la crisis de un sistema forense saturado por la criminalidad.

Se trata de la morgue de Chilpancingo (estado de Guerrero), vecina de un cementerio de autos y colmada de cadáveres, donde hay unos 52.000 cuerpos sin identificar.

Situación crítica

"Esto se está cayendo a pedazos, porque los muertos no paran de llegar y las personas siguen desapareciendo", lamenta Nuvia Maestro, una de las seis antropólogas del Instituto Forense de Ciudad de México.

Detrás de esta situación están la violencia y la precariedad, constató la Agencia AFP durante un recorrido por las morgues de Chilpancingo y Acapulco (Guerrero), y diálogos con médicos legistas de otros servicios forenses.

"Nos sentimos muy cansados... pareciera que esto no va a tener fin", confiesa Maestro junto a dos estufas que ella y compañeros compraron de su bolsillo. Allí hierven costillas para retirarles tejidos y determinar la edad de un fallecido.

Pese a sus limitaciones, las morgues son la esperanza de familiares de desaparecidos como Guadalupe Camarena, de 62 años, quien da una nueva muestra de ADN para encontrar al menos restos de sus cinco hijos en el estado de Jalisco, también atestado de cuerpos.

Violencia desbordada 

En el servicio forense de Chilpancingo, un empleado ojea en un cuaderno los ingresos de cadáveres. Encoge los hombros cuando se le pregunta por qué no están digitalizados para que los puedan consultar a nivel nacional.

Ventiladores y carretillas dañadas atiborran los pasillos oscuros hacia los frigoríficos, llenos de bolsas plásticas con restos anónimos, observó un equipo de AFP en septiembre. El incienso que queman los empleados no oculta el mal olor ni espanta a las moscas.

"Los estudios para confrontar (de ADN) pueden tardar meses. Mientras, los cuerpos están en nuestros refrigeradores y la familia dice 'no nos los quieren dar'. Esto crea frustración", reconoce Alfonso Ramírez, coordinador de la entidad.

Dramáticas cifras en México

México, de 126 millones de habitantes, triplicó su tasa de homicidios desde 2006, cuando arreció la lucha antidrogas. Pasó de 9,6 a 28 asesinatos por 100.000 personas en 2021 (35.625 casos).

Los "desaparecidos y no localizados" también se dispararon de 265 en 2006 a 10.366 en 2021, para un total de 108.000 desde 1964. Muchos estarían en tanatorios o cementerios públicos.

El gobierno, que entre enero y octubre reportó 26.119 homicidios (7,1% menos en el comparativo interanual), atribuye la mayoría de crímenes a guerras entre delincuentes.

El colapso también se explica por déficits presupuestales, de personal, de laboratorios de ADN rápidos y de un banco único de datos forenses, según expertos.

El Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU estima que en estas condiciones serían necesarios 120 años para analizar los 52.000 cuerpos que documenta la oenegé Movimiento por Nuestros Desaparecidos, gran parte de ellos sin información básica.

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