¿Dejaste una botella de agua en un auto caliente? Qué dice la ciencia (y cuándo no beberla)
- Por Meganoticias
Con la llegada del calor, es habitual encontrar una botella de agua olvidada en el auto. Pero, ¿es seguro beberla? Un vistazo a la evidencia científica revela los principales riesgos y ofrece una guía para tomar una decisión informada.
El sol pega fuerte y el interior de un auto se transforma en un verdadero horno. En un día caluroso, la temperatura dentro del vehículo puede subir más de 20 °C en tan solo 30 minutos, acelerando procesos químicos y el crecimiento de bacterias.
La pregunta del millón es: ¿deberías tomar esa agua? La respuesta corta es que depende del tiempo que estuvo expuesta y si la botella estaba sellada. La clave está en entender los riesgos detrás del plástico y los microorganismos.
No es el BPA, es el antimonio
Aunque se ha hablado mucho del compuesto BPA (bisfenol A), las botellas de agua desechables no lo contienen. Estas botellas están hechas de tereftalato de polietileno (PET), un plástico que no usa BPA en su fabricación.
Sin embargo, el PET sí contiene antimonio, un catalizador que se utiliza en su producción. Estudios han demostrado que este químico puede migrar al agua, especialmente cuando la botella se expone a altas temperaturas durante un período prolongado. De hecho, a 50 °C, los niveles de antimonio pueden superar los estándares de agua potable en pocos días.
Ir a la siguiente notaEl factor microbiológico: el principal riesgo de una botella abierta
Si dejaste una botella ya abierta, el problema químico pasa a segundo plano. Al beber de ella, la saliva puede contaminar el agua con bacterias. En un ambiente cálido, estas bacterias se multiplican a gran velocidad.
Un experimento clásico mostró que el agua de una botella "inocente" pasó de casi no tener bacterias a tener miles de colonias tras solo 48 horas a 37 °C. Para personas sanas el riesgo puede ser bajo, pero para niños, embarazadas o personas con un sistema inmune debilitado, este riesgo es considerablemente mayor.
Guía rápida para tomar una decisión
Para simplificar, aquí tienes un "semáforo" para decidir si bebes o no esa agua:
- Luz verde: Botella sellada y un olvido corto (un par de horas al sol). Generalmente, es seguro. Pero si notas un olor o sabor extraño, es mejor desecharla.
- Luz amarilla: Botella sellada y varias horas con mucho calor. Es mejor evitarla. El calor prolongado aumenta la migración de antimonio y la posible liberación de micropartículas.
- Luz roja: Botella abierta y expuesta al calor. No la bebas. El riesgo de contaminación bacteriana es alto.
Recomendaciones prácticas y seguras
- Guarda tus botellas a la sombra: Evita dejarlas expuestas al sol o dentro del auto. Un lugar fresco y oscuro siempre será mejor.
- Si ya la abriste, consume rápido: No la dejes en el auto. Refrigérala y bébela en poco tiempo para evitar la proliferación de bacterias.
- Prefiere botellas reutilizables: Elige opciones de acero inoxidable o vidrio. Además de ser más sostenibles, son más seguras. Recuerda lavarlas a diario.
- No reutilices las botellas desechables: Estas botellas están diseñadas para un solo uso. Con el tiempo se rayan y pueden liberar más partículas, sobre todo si las expones al calor.
En resumen, ante la duda, lo más seguro es desechar el agua y optar por una botella fresca. Dejar de lado el agua contaminada es un pequeño precio a pagar por la tranquilidad.
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