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La otra cara de la moneda: ¿Qué hacer si mi hijo hace bullying?

En la compleja dinámica del acoso escolar, la pregunta "¿Qué hacer si mi hijo hace bullying?" se convierte en un punto crucial para muchas familias. En medio de la preocupación y el desconcierto, es fundamental comprender cómo abordar esta delicada situación.

Desde el apoyo emocional hasta la búsqueda de ayuda profesional, exploraremos junto a la psicóloga Carolina Reyes Cristi, estrategias efectivas para enfrentar este desafío y promover un entorno escolar seguro y saludable para todos.

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El colegio es el escenario principal donde interactúan diariamente una gran diversidad de niños, niñas y jóvenes, cada uno proveniente de contextos familiares diversos. En este contexto, la comunicación fluida entre la familia y la escuela se vuelve fundamental.

"Esta comunicación es crucial para prevenir o abordar el bullying, especialmente cuando ya está en una etapa avanzada. El trabajo en equipo y la comunicación son elementos clave en este proceso”, explica Carolina Reyes Cristi, psicóloga, Magíster en Psicología Educacional. A su vez, la especialista sostiene que al establecer estrategias y lineamientos comunes, es posible evaluar los problemas y buscar soluciones, reparación y tratamiento para todas las partes involucradas.

En este enfoque colaborativo, es crucial que los padres estén abiertos a la perspectiva del colegio sobre esta problemática. Dado que esto ocurre principalmente en el entorno escolar, la institución educativa cuenta con la información necesaria para evaluar la situación y tomar las medidas adecuadas.

Por lo general, los niños y niñas que ejercen el bullying suelen enfrentar dificultades en sus hogares. Algunos ejemplos de estas situaciones pueden incluir:

1- Falta de comunicación: Cuando no hay comunicación en la familia, se pierde la oportunidad de comprender el mundo emocional de cada miembro, saber cómo se encuentran, qué les preocupa o qué están atravesando. Esta falta de conexión deja al niño sin guía ni respaldo para superar sus dificultades y enfrentar sus problemas.

2- Negligencia parental o ausencia de los padres: En este escenario, el niño puede carecer de supervisión y recurrir a modelos de comportamiento inapropiados que aprende de otras fuentes. Además, la necesidad de atención puede llevarlo a adoptar conductas inadecuadas en busca de reconocimiento.

3- Patrones de violencia intrafamiliar: La exposición constante a ambientes violentos durante la infancia puede llevar a los niños a percibir la agresión como una herramienta común para resolver conflictos. Esta normalización de la violencia puede tener profundas implicaciones en su desarrollo emocional y social, aumentando la probabilidad de que adopten comportamientos agresivos en otros contextos, como el escolar.

4- Baja autoestima: Los niños que practican bullying a menudo intentan compensar sus propios sentimientos de baja autoestima al someter y abusar de otros, buscando así sentirse superiores y obtener poder y reconocimiento.

Bajo esta perspectiva, los padres tienen la responsabilidad de intervenir si su hijo está ejerciendo violencia escolar. Por lo que es crucial que, junto con la escuela, profundicen en la situación y busquen ayuda de especialistas en salud mental.

“Estos profesionales pueden acompañar el proceso de reconocimiento y conciencia del daño causado, proporcionando herramientas para el desarrollo de habilidades sociales como la empatía y la asertividad”. Argumenta la directora del Colegio Monteluz y agrega “además, trabajar en colaboración con la familia es fundamental para identificar y cambiar aquellas dinámicas familiares que han contribuido al comportamiento del hijo, estableciendo así vínculos protectores, saludables y enriquecedores para los niños”.

¿Qué sucede cuando la escuela no se convierte en un espacio colaborativo? Según la normativa legal, todos los colegios deben contar con un protocolo de prevención y manejo del acoso escolar. En este sentido, “los padres tienen el derecho de exigir su cumplimiento, ya que establece la ruta a seguir para detener y reparar lo sucedido. En caso de no seguirlo, puede haber consecuencias legales e implicaciones para la institución escolar”, enfatiza Carolina Reyes Cristi.

¿Qué hacer en caso de sufrir bullying?

En Chile el bullying está penado por la ley N° 21.013, la cual sanciona las conductas que atenten contra la integridad física y psíquica en niños, niñas y adolescentes, pero que no sean constitutivas de lesiones (no dejan lesiones físicas visibles) ejecutadas fuera del contexto familiar.

Si sufres o conoces a alguien que está padeciendo de bullying, puedes denunciar en las policías y fiscalía, pero también puedes hacerlo en el colegio, para que las autoridades tomen las medidas necesarias para protegerte.

La Fiscalía Nacional recomienda que para denunciar apóyate en tu familia o el adulto que te cuida, de manera que te acompañe y te dé seguridad.