Columna de Mauricio Morales: "Parisi versus Kast, un duelo de verdad"

Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago.

Kast sigue firme en el primer lugar. Da igual la encuesta que se mire. En la reciente CADEM marca 28%, duplicando a Matthei. Su imagen de triunfo- expectativa de quién será el próximo Presidente- llega al 38% en la encuesta citada y 44% en Criteria.

Sin embargo, y a pesar de estas cifras, ninguno de los candidatos presidenciales ha sido capaz de salirle al paso. Si bien Jeannette Jara lo ha enfrentado en un round por X (ex Twitter), esto representa el resultado natural de una competencia política entre dos polos.

Lo que resulta inexplicable es el trato que los otros candidatos le dan Kast. O lo hacen mediante una postura sumisa y que da vergüenza ajena, o lo ignoran en el debate público. Cualquiera de las dos opciones solo refleja que, en realidad, esos candidatos ya saben quién gana y quiénes pierden. ¿Estará tan definida la elección?, ¿será un objetivo imposible derribar a Kast?, ¿tanto terror genera el líder Republicano que el resto de los candidatos prefiere inclinarse ante él en lugar de sacarlo al ring?

Los comandos creen que la campaña recién comienza y que queda mucho espacio para que los números cambien. Eso vienen diciendo desde hace meses y la situación sigue igual o, incluso, peor para ellos. Muy probablemente, cuando estemos a un mes de la elección y ad-portas de la franja electoral, escuchemos la misma monserga: queda la parte más importante de la campaña y la gente suele definir su voto en las últimas dos semanas. Desconozco de dónde viene esa creencia y en qué base empírica se sustenta, pero evidentemente representa más un acto de fe que una postura científicamente probada.

La segunda cuestión relevante es lo que se dice frecuentemente en la discusión pública: la elección está abierta, el ambiente es “líquido”, no sabemos qué va a pasar, el resultado es incierto. Si analizamos las cuatro encuestas del fin de semana pasado y las encuestas de este fin de semana, los datos van a una dirección distinta.

Kast y Jara están muy arriba en la competencia electoral, y quienes vienen detrás se encuentran, en algunas mediciones, en un empate estadístico por el tercer puesto. Eso es lo que dicen las cifras. ¿Pueden estar todas las encuestas equivocadas? Es una probabilidad. Si bien, por ejemplo, la mayoría acertó en el triunfo del Rechazo en 2022, pocas pronosticaron una ventaja de 24 puntos para esa opción. Claro, hubo algunas que sugirieron que el Apruebo y el Rechazo estaban en empate y que el resultado sería incierto, pero acá me estoy refiriendo a encuestas más serias y no a aquellas cuyo propósito es hacer un burdo punto político. Entonces, si semana a semana nos vamos encontrando con los mismos resultados, la elección presidencial ya estaría definida.

Los más osados, eso sí, dicen que falta la franja electoral, y que ese hito bien podría cambiar la intención de voto de los ciudadanos. Tal afirmación es incorrecta. Las franjas sirven como mecanismos de refuerzo. Si nos vamos a la franja televisiva más estudiada, que fue la del plebiscito de 1988, la opción “No” venía ganando desde antes de la emisión de dicha franja. No es certero, entonces, sostener que el “No” ganó gracias a ese hito.

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Dado el contexto recién descrito, ¿por qué nadie enfrenta a Kast? Matthei lo intentó, pero naufragó tempranamente desde el minuto en que un grupo de senadores le quitó el piso para avanzar en la acusación sobre distribución de noticias falsas por parte de los “bots” de Kast. Luego, Kaiser insinuó que él no cambiaría sus convicciones y que su programa siempre sería el mismo, haciendo clara alusión a lo que sucedió con Kast en la elección de 2021- en la que se vio obligado a modificar su programa de gobierno para enfrentar la segunda vuelta- y en su intento por cambiar la Constitución al liderar el Consejo Constitucional.

¿Y Parisi? Su pelea contra la elite no tiene un destino claro. Dado que su candidatura también se inspira en el malestar ciudadano contra el desempeño de los gobiernos y en la rebelión de los oprimidos, ¿por qué no sacar de paseo a Kast y focalizar en él todos los males de la elite política chilena?, ¿qué le cuesta a Parisi decir que Kast fue diputado, líder de la UDI, y fundador de Republicanos como parte de esa elite que atormenta a los chilenos?, ¿por qué no se atreve a hacer el mismo cálculo de los ingresos económicos de Matthei como legisladora y ministra, pero ahora con Kast?, ¿qué tal si Parisi le cuenta a los chilenos cuánto salió Kast como diputado y si esos pagos se justifican en función de su aporte medido como proyectos de ley presentados y aprobados?

Si Parisi quiere avanzar en la carrera presidencial, no tiene otro camino más que profundizar sus diferencias con Kast. La alianza con Pamela Jiles perfectamente puede contribuir a aquello. Mientras Parisi no decida sobre este punto, lo único que hará será consolidar una sola idea que se resume en lo siguiente: Kast (2026-2030).

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