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Lo atravesó un rayo y sobrevivió: El impactante caso de un agricultor y ganadero de comunidad aymara

A pesar de haber sido, literalmente atravesado por un rayo, Semeón Moscoso, un ganadero y agricultor agrícola de 70 años, pudo sobrevivir a tamaño hecho.

Todo ocurrió el pasado miércoles, cuando Moscoso iba a dejar pastando a sus alpacas y llamas. Para eso debía emprender rumbo hacia Iquique desde Cancosa, una comunidad aymara emplazada en la región de Tarapacá y que limita con Bolivia.

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De acuerdo a lo que consigna LUN, a eso de la cuatro de la tarde del mismo miércoles Abdón, el hijo de Semeón, empezó a recibir una serie de mensajes, que advertían que algo le había pasado a su padre.

Rayo atravesó al hombre 

"Mi padre llegó al lugar donde tiene sus animales en camioneta, luego de dos horas de viaje desde Cancosa", cuenta Abdón. "Iba con mi mamá, que tiene serios problemas de movilidad. Nunca la deja sola", suma.

"Mi papá estacionó la camioneta a un costado del camino y fueron caminando a ver los animales. Mi mamá me contó que por ahí cerca había un barranco de unos cien metros de alto", acota.

"Me dice que lo último que recuerda es a mi papá yendo al barranco. Y había truenos y relámpagos por el invierno boliviano, pero que se veían por el lado boliviano, no donde estaban ellos. Mi mamá estaba como a cien metros de distancia de mi papá. En ese instante vio el relámpago, justo frente a ella, por donde estaba mi padre. Fue una luz que lo iluminó todo. Entonces perdió el conocimiento", añade.

Imagen referencial de truenos / Shutterstock

 

Tras estar un rato en estado de inconsciencia, la mujer fue a buscar a su marido. Lo primero que pensó es que Semeón se pudo haber caído por el barranco, pero al inspeccionar la zona no lo vio. Al ver hacia un lado pudo encontrar a Semeón: estaba tendido sobre unos arbustos con espina boca arriba.

"Mi papá estaba inconsciente y con la ropa literalmente quemada. Los pantalones, la chaqueta, todo. El zapato del pie derecho estaba convertido en una flor. No sé si me entiende. Como si hubiese explotado. Y tenía la cara ensangrentada", complementa Abdón.

Agrega que "arriba, en la cabeza, le quedó un tajo de unos ocho centímetros de largo. No es que tenga un hoyo, sino una especie de rajadura, además de otras heridas pequeñas en la cabeza. Su pie derecho, donde tenía puesto el zapato que explotó, quedó todo negro. Y los médicos le diagnosticaron que en la canilla derecha, pero por dentro, no por fuera, tenía una que madura. Se quemó por dentro. Por todos estos signos y por lo que nos cuenta mi mamá, a mi papá le llegó un rayo por la cabeza y le salió por el pie derecho".

El camino al hospital

Tras encontrar el cuerpo de su esposo, la mujer entró en desesperación. De acuerdo a lo que precisa el propio Abdón no podía tocarlo para ayudarlo a reaccionar, pues tenía la ropa quemada y, por consiguiente, muy caliente.

"Le decía que no se muriera, que lo necesitaba, que lo quería. Fueron 20 minutos de angustia, hasta que mi papá comenzó a mover los ojos y despertó", detalla.

"Él no podía caminar", continúa Abdón. "Lo que hizo fue gatear hasta el auto y cuando llegó, mi mamá lo ayudó a subir al volante. Como no podía mover los pies, pero sí las manos, se las ingenió para poner primera y manejar con el auto enganchado, siempre en primera, pero sin poder acelerar, solo con la fuerza del motor
andando", especifica.

Una vez que Abdón pudo tomar contacto con su madre, llamó a Carabineros de Pica, los que encontraron al hombre para poder trasladarlo al Cesfam y luego al Hospital Regional de Iquique donde se encuentra actualmente.

Los zapatos serían los responsables de que el hombre sobreviviera

De acuerdo a Félix Rojas, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Católica, "es difícil sobrevivir a un rayo, porque es muchísima energía que cae en poco tiempo, pero no es imposible, porque es como electrocutarse".

A la hora de explicar cómo pudo haber sobrevivido a tamaña situación, Rojas explica que "la corriente que pasó por su cuerpo no fue suficiente para que su corazón se detuviera y para que las quemaduras fueran mortales".

"Esto depende de la resistencia eléctrica que tenga la persona, que a su vez depende de la composición del cuerpo, pero más importante, del tipo de zapatos que usaba. Si no hubiese tenido zapatos, probablemente hubiese pasado mucha más corriente por él y hubiese sido mortal", añade.

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