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De influencer a traficante de droga: La doble vida de la "narco reina" asesinada

Sabrina Durán, conocida como la "Ina, narco reina" se convirtió en una de las mujeres más peligrosas de la Región Metropolitana. Al mismo tiempo era conocida en redes sociales por mostrar su vida desde la cárcel, promocionando productos e incluso efectuando amenazas.

Una doble vida que la llevó a tener una carrera de influencer. Con tan solo 24 años, contaba con más de 400 mil seguidores en TikTok mientras que en las calles de Peñaflor, otros daban la vida por ella.

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Los orígenes de Ina en el mundo del delito

La joven era la menor de nueve hermanos. Desde pequeña, creció en diferentes barrios de Santiago, donde vivió con sus padres hasta los seis años. La figura paterna desapareció con el tiempo luego que su progenitor abandonara el hogar. Al tiempo dejaría el colegio en la enseñanza básica, tras ser madre a los 14 años, producto de una relación que se sabía no era de las mejores.

Su pareja era 10 años mayor y fue condenado a siete años de cárcel, momento en que Ina conoció al primo del padre de su hijo, iniciando una nueva relación sentimental, pero al cabo de tres años este fue asesinado.

Tras esta situación, Sabrina siguió en el mundo del hampa, siendo condenada por el delito de robo en bienes nacionales y amenazas a funcionarios de Carabineros, recibiendo la pena de 41 días de prisión y 100 horas de servicio a la comunidad.

Inicios de la narco reina en redes sociales

Posteriormente, deambuló por las casas de sus hermanos, hasta que nuevamente volvió a vivir a su hogar en Peñaflor. Allí vendría el desarrolló de una vida vinculada al narcotráfico y poco a poco su reputación fue creciendo, al igual que el temor de una comunidad que veía como la joven extendía una red de venta de drogas, adueñándose de un territorio basándose en la violencia.

"El negocio de las drogas representó la oportunidad para mejorar su estilo de vida. Fue así como también se hizo una fama en redes sociales, donde ostentaba sus vestimentas de alto valor, las joyas que adquiría, los productos que compraba e incluso a los procedimientos estéticos a los que se sometía. Todo eso se sumaba a los mensajes que compartía en las redes sociales, donde incluso se podían encontrar amenazas.

Dichos mensajes se fueron multiplicando con el paso del tiempo y las redes sociales eran el medio por el cual sus enemigos se enteraban de las amenazas. Uno de ellos fue el propio alcalde de Peñaflor, Nibaldo Meza.

"Recibimos amenazas de manera anónima a través redes sociales o por interno que tenían como finalidad mitigar aquellas acciones que nosotros estábamos realizando para poder perseguir a estos delincuentes", afirmó el jefe comunal.

Tiktoker desde la cárcel

La guerra al interior de la población Las Praderas se convirtió en una pesadilla para los vecinos, e Ina era clave para las policías, ya que había sido apuntada con la líder de la agrupación. De ahí que se generaron múltiples operativos, los cuales tuvieron su último golpe en marzo del año pasado. La "narco reina", a pesar de intentar escapar por la ventana, fue capturada.

Sin embargo, una vez que estuvo en una celda no se detuvo. Si bien, habría estado alejada del delito, el tiempo tras las rejas le permitió explotar su faceta de tiktoker.

El trend de moda o simplemente una canción, eran compartidos por la INA que daba a entender su poderío frente al resto, ya que no solo contaba con un teléfono al interior del penal sino que también tenía ciertos lujos, como su vestimenta o los arreglos en su celda.

Mientras sus seguidores iban en aumento, tuvo tiempo de entablar vínculos dentro de la cárcel. En prisión la joven entabló una relación sentimental con otra protagonista de las crónicas policiales: Antonella Marchant, su última pareja y líder del clan familiar de Los Marchant. Su relación ocupó las redes sociales de Sabrina, quien incluso recibía productos de pequeños empresarios para promocionarlos.