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Columna de Mauricio Morales: Afírmate Catalina

Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago.

La diputada Catalina Pérez dio la cara en medio del escándalo de corrupción que protagoniza la fundación Democracia Viva. En una solitaria exposición, desmintió cualquier vínculo con esa organización dirigida por su expareja, y negó rotundamente haber recibido dinero o haber ejercido algún tráfico de influencias para beneficiar a Democracia Viva ante el Seremi de Vivienda de Antofagasta. El monto que traspasó este organismo público a la fundación es de medio millón de dólares.

Las sospechas de corrupción son evidentes, pero nadie ha reparado en la presunción de inocencia. Si bien dentro de su propio partido la diputada Pérez ya ha sido declarada como culpable, será la justicia la encargada de establecer las responsabilidades y eventuales sanciones. Lo doloroso para ella es que sus propios compañeros de ruta, incluyendo el presidente del partido, le han restado apoyo, intentando que la diputada absorba toda la culpa con el fin de evitar un daño mayor al gobierno.

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La respuesta de Pérez al presidente de Revolución Democrática (RD) fue fuerte y clara. Lo acusó de carencia de talento político, de tener un comportamiento errático y cambiante y, como si esto fuera poco, de faltar a la verdad. La guerra civil en RD está declarada, justo cuando el gobierno enfrenta un momento crítico y cuando el propio Presidente Boric ha llamado a refundar el Frente Amplio en el afán de que se convierta en un partido único. Desde Convergencia Social y Comunes -entre otros- se preguntan por los incentivos reales que ellos tienen para juntarse en una casa común con RD.

El escándalo es de proporciones, tanto así que en la reciente encuesta Cadem, un 86% estima que el caso “Democracia Viva” corresponde a un hecho de corrupción, mientras que solo un 11% lo interpreta como un “error administrativo”. Adicionalmente, el 69% cree que esta es una práctica generalizada, mientras que un 20% estima que tales acontecimientos se concentran solo en Antofagasta.

No la tiene fácil la diputada Pérez. Su partido no le cree y la ciudadanía tampoco. Dentro de toda esta vorágine, el diputado Gonzalo Winter -cercano al Presidente y frecuente vocero del Frente Amplio- se despachó una declaración increíble: “Ningún partido puede pretender que, en la medida que crezca y administre el Estado, vaya a ser 100% probo”.

Es decir, mientras más grande sea un partido, más prácticas irregulares tendrá. Y si el Estado crece, entonces aumentan las probabilidades de que los recursos públicos vayan irregularmente al bolsillo de políticos o proselitistas. ¿Se habrá dado cuenta de sus palabras? El caso “Democracia Viva”, en los términos de Winter, sería la simple expresión del crecimiento de un partido político y de su capacidad para controlar el Estado.

 

Si el Frente Amplio, como quedó demostrado en la discusión constitucional fracasada en el plebiscito de 2022, quiere expandir el estado, entonces -por consecuencia lógica- se abrirían espacios para más prácticas corruptas. ¿Cómo se podría justificar una reforma tributaria bajo este argumento?. Si el Estado recauda más impuestos, y esos impuestos en teoría sirven para financiar proyectos sociales, la burocracia crece. Y si la burocracia crece, se requiere de un mayor elenco partidista. Peor aún. Si ese elenco proviene de un partido que va al alza -siguiendo el raciocinio de Winter- los recursos obtenidos de los impuestos servirán para financiar cualquier cosa, menos los derechos sociales de los que tanto se habló en la discusión constitucional.

El diputado Winter, entonces, clama por un Estado más pequeño y poco funcional para partidos grandes. O sea, todo lo opuesto a lo que defiende su coalición política.

En síntesis, la diputada Pérez -y tiene razón en esto- ha sido tratada con crueldad por parte de sus compañeros. Ella habló, incluso, de traición. Ninguno de sus correligionarios, al menos públicamente, ha apelado a la presunción de inocencia. Sabemos que existen razones para sospechar de corrupción, pero hasta ahora no contamos con pruebas visadas formalmente por la justicia. Eso es lo que se viene. Afírmate Catalina.

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