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Mauricio Morales analiza la última encuesta Cadem: "El acuerdo de la vergüenza y la venta de humo"

¿Qué pasó?

El académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, analizó los resultados de la Encuesta Plaza Pública de Cadem de este domingo 11 de diciembre, hablando del "acuerdo de la vergüenza y la venta de humo" para organizar elecciones de convencionales.

El análisis de Morales

En columnas anteriores di los argumentos para sostener una idea simple: no existen incentivos ni desde la izquierda ni desde la derecha para organizar elecciones de convencionales. Mientras el oficialismo teme una derrota electoral dado el escenario económico de 2023, la derecha mira con espanto al PDG y a Republicanos.

Las negociaciones, como lo advertí, han sido un burdo y penoso baile de máscaras. Todos hacen como que quieren un acuerdo, pero en realidad le están haciendo el quite para retrasarlo o, sencillamente, para dejarlo en manos del Congreso.

La derecha ha sido más hábil. Le hizo creer al Presidente que el acuerdo estaba listo, generando un ambiente de triunfalismo en el gobierno. Además, ha logrado fracturar la coalición de Boric, forzándola a decidir entre una Convención Mixta y otra 100% electa.

Daniel Jadue ya advirtió: el PC no puede firmar un acuerdo si hay una Mixta, amenazando así con abandonar la mesa de negociaciones. La prensa también ha sido víctima de esta venta de humo, anunciando un acuerdo definitivo para luego decir lo obvio: no hubo acuerdo y las negociaciones continúan. La pregunta que todos se hacen es: ¿nos merecemos esto? La encuesta Cadem muestra que el 67% está de acuerdo con una nueva Constitución, pero solo un 37% prefiere una Convención 100% electa. ¿De cuántos miembros? Más de la mitad de los encuestados opta por un órgano de no más de 50 representantes.

Estos datos solo fortalecen la propuesta de RN y Amarillos, y deja totalmente off-side la de Apruebo Dignidad, que no da su brazo a torcer con una Convención 100% electa. En este escenario, un acuerdo es imposible. Ya se han ensayado todas las fórmulas, algunas muy creativas. Incluso, ha reflotado la idea de una Convención 100% electa que emule el sistema electoral utilizado para escoger senadores. Me van a perdonar, pero ese sistema viola de manera flagrante- y también grosera- el principio de “una persona, un voto”.

Como señalé en su momento, en Aysén se escogería un convencional cada 49 mil electores, y en la RM un convencional cada 1 millón 200 mil electores. O sea, un votante de Aysén pesaría 24 veces más que uno de la RM. Coincido con el Presidente en que es mejor un mal acuerdo que un “no acuerdo”, pero llegar a una situación como la descrita sería decepcionante, representando algo así como “el acuerdo de la vergüenza”.

Hasta acá solo he mostrado las trabas para llegar a un consenso. Esto es muy simple: o es Mixta, o es 100% electa. ¿La solución? Primero, la más obvia, que alguien entregue la oreja y se asuma como el derrotado. La segunda, que la mesa llegue a un acuerdo, pero no con todos los actores. Es decir, que algunos se retiren. A estas alturas es difícil que se consiga la unanimidad, y bastaría el compromiso de los 4/7 para sacar adelante el proyecto de ley.

La tercera, que ya se ha puesto en discusión, pero que no generó suficiente adhesión, es una Convención “cuasi” Mixta, que para mí es la más razonable de todas. Escojamos 70 convencionales distribuidos proporcionalmente en función del tamaño poblacional del país- el ideal, eso sí, son las listas nacionales- y 30 expertos escogidos por el Congreso. Ese es el punto de intersección entre las posturas más polares de la mesa. No todos quedarán satisfechos a plenitud, pero sí se podrá sacar adelante el acuerdo de una vez por todas.

Más allá de lo señalado, y como un simple ciudadano, le pediría a la clase política tres cosas. Primero, que no nos sigan exponiendo a estas absurdas negociaciones si no hay voluntad para ceder. Segundo, que no nos lleven a suscribir lo que he denominado como un “acuerdo de la vergüenza”, que equivale a emular el sistema para escoger senadores. Tercero, que no nos sigan vendiendo humo. Basta.

El país está bajo un estrés brutal de seguridad pública, entramos en recesión, fue un año muy duro políticamente, y se viene una compleja agenda de reformas. Maduren.

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