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Joven que recolectó, cocinó y comió hongos terminó con una severa intoxicación: "Estaba bastante asustada"

¿Qué pasó?

Con serios síntomas de intoxicación llegó una joven al Hospital Carlos van Buren tras comer el fin de semana hongos extraídos desde el Jardín Botánico de Viña del Mar, región de Valparaíso.

Fanática de los hongos

La joven es técnico profesional en Gastronomía y reconoció ser fanática de los hongos desde que vivía en Magallanes.

“Por curiosidad en Magallanes yo trabajaba investigando sobre las bayas y las plantas de mi región para cocinarlas y como no eran tóxicas no tuve ningún problema. Luego conocí los hongos y en la región hay muchos que son comestibles, que se podían ver en la guía de campo de Giuliana Furci de Fundación Fungi”, indicó.

"No descarto que me haya equivocado de especie"

La joven fue el fin de semana al Jardín Botánico, donde recolectó algunos hongos para cocinarlos y comerlos, pese a que sabía que le podían causar malestar estomacal, consignó La Estrella de Valparaíso.

“Encontré dos especies, la lepista nuda que consumí, y agaricus. Me arriesgué, en la primera guía decía que los lepista nuda eran comestibles y en la segunda salía que no porque habían generado molestias gastrointestinales”, sostuvo. 

Asimismo, dijo que “me arriesgué porque no decía que son tóxicos o mortales, pero nunca pensé que las molestias iban a ser tan intensas. Comí sabiendo que podían generarme algo, pero no descarto que me haya equivocado de especie”. 

Sudoración y pérdida de visión

Al poco rato de consumir los hongos, la joven comenzó con síntomas como sudoración excesiva, pérdida de la visión y palpitaciones, por lo cual se dirigió hasta Emergencias del Hospital Carlos van Buren. 

“Estaba bastante asustada, no sabía si después de perder la vista iba a perder además la consciencia”, manifestó la afectada. 

Por su parte, la doctora Paulina Pérez, quien la atendió, precisó que la joven “llegó taquicárdica, hipertensa y empezó a ver menos, no podía distinguir las cosas”. 

En tanto, el jefe de la Unidad de Emergencias del Hospital Carlos van Buren, Max Hassell, recalcó que “consumir estos hongos significa un riesgo, determinados grupos pueden generar problemas serios para la salud, como síntomas neurológicos, cardiovasculares y también pueden generar problemas hepáticos graves, incluso insuficiencia hepática. Por un hobby como este, una persona puede terminar internada grave en la UCI”.

"Somos un lugar para que la gente venga a aprender, pero no para llevarse cosas"

Por otro lado, Alejandro Peirano, director del Jardín Botánico, comentó que el lugar “es un museo vivo, si se llevan las piezas se acaba el museo. Somos un lugar para que la gente venga a aprender, a educarse, pero no para llevarse cosas”. 

“Si la gente sabe, puede aventurarse en la recolección y cocción de hongos, pero no en este lugar porque nosotros somos un lugar de exposición”, expuso.