Del Sename al Ejército: El soldado que "venció" a las drogas y la soledad

"Era el único sin familia, me puse a llorar porque es fome ver que los familiares le entregan el arma a sus hijos, es como un orgullo. Pero mi capitán me pasó el arma, ahí me sentí orgulloso", recordó Pedro Aguilar, cuando se realizó la ceremonia de entrega de armas. 

Pedro fue uno de los 276 soldados del Ejército que hizo el juramento a la bandera en la Plaza de Armas de Copiapó, región de Atacama. Y el único que no pudo compartir este importante momento de su vida junto a su familia. 

Su padre estuvo "metido en las drogas", y para evitar que Pedro creciera en el mismo contexto, su madre lo envió a un centro del Sename. Allí estuvo viviendo durante 8 años. 

Cuando cumplió los 18, se entera que su progenitor había muerto en la cárcel. "Cuando chico uno confía en el sueño del papá, y antes que se muriera me dijo que me quedara en el regimiento, que era la única opción que tenía para tener un futuro mejor", señaló al diario de Atacama.

Si bien su único soporte familiar era su madre, con el paso del tiempo fueron naciendo rencillas y problemas irreconciliables. Esto hizo que se apartaran y Pedro quedara solo. "Por suerte tengo una tía, aunque no es biológica, me recibió en una casa", relató. 

"No pudo venir hoy conmigo por problemas económicos". Se refería a que nadie pudo ir a ver la ceremonia de juramento a la bandera.

Pedro conocí a su "tía" en el Hogar de Cristo de Vallenar, donde recaló luego de salir del Sename a los 12 años. Allí estuvo hasta que decidió entrar a la milicia. 

"Yo ni salgo. Sólo me gusta estar con mi tía y disfrutarla, es como una mamá para mí".

Respecto a la trascendente ceremonia que se realizó este fin de semana, expresó que "quería ser otro en la vida, este sueño era par él y se lo dedico".