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Menores contratados para matar: La siniestra herencia de Pablo Escobar sale a la luz tras atentado contra Uribe en Colombia

¿Qué pasó?

Durante los años '80, Pablo Escobar formó un ejército de adolescentes pobres dispuestos a matar a policías, políticos y magistrados. Con el dinero del narcotráfico los convenció de cometer crímenes horrorosos, una herencia que sigue viva en Colombia.

Este tipo de crímenes, comunes en tiempos del capo abatido en 1993, volvieron a la memoria del país esta semana, tras el intento de asesinato del aspirante a la presidencia Miguel Uribe, mientras se reunía el sábado con seguidores en un parque de Bogotá.

"No es algo excepcional para Colombia"

El martes, la fiscalía imputó a un adolescente de 15 años por atentar a balazos contra el dirigente político de 39 años, que está en estado crítico en una clínica. Un video al que tuvo acceso la AFP muestra al presunto atacante moverse entre la multitud vistiendo una camiseta estampada y vaqueros. En un momento saca un arma y apunta. Suenan disparos, Uribe cae y la multitud se dispersa en pánico.

Esto “no es algo excepcional para Colombia”, dice a la AFP Mathew Charles, exasesor de Unicef en Colombia y director de la fundación de inclusión de jóvenes vulnerables Mi Historia. Los jóvenes que empuñan armas suelen venir de barrios marginados, con escaso acceso a educación y entornos familiares frágiles, dice Charles. Ante la falta de oportunidades, la criminalidad se presenta como única salida.

LO ÚLTIMO

La fiscal general de Colombia, Luz Adriana Camargo, aseguró que bandas de delincuentes utilizan a menores porque el marco jurídico es diferente al de los adultos y contempla penas más leves.

De hecho, los grupos ilegales pagan a menores entre 50 y 500 dólares por matar, según investigaciones de Charles. A menudo son “engañados” y no llegan a ver nunca el dinero prometido, asegura.

Una situación que se repite en la historia de Colombia

La situación no es nada nueva para Colombia. El 22 de marzo de 1990, el candidato presidencial del Partido Comunista, Bernardo Jaramillo, iba a tomar un vuelo. Pese a estar acompañado por escoltas, le dispararon a quemarropa y lo mataron en el aeropuerto. El joven que empuñaba el arma tenía 16 años.

“Ese muchacho duró un poco más de un año detenido (...) y en 1992 apareció muerto a tiros junto a su padre en el baúl de un carro en Medellín”, cuenta a la AFP el periodista y académico Jorge Cardona.

Por otro lado, el exministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla fue asesinado por un menor de 16 años en 1984 y Carlos Pizarro, exguerrillero del M-19 y candidato presidencial, cayó baleado por otro joven, de 20 años, dentro de un avión en 1990.