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"Me bajé de la moto, lo encaré y lo maté": Hombre que asesinó al abusador de su hija no irá a la cárcel

Fernando Matías Vila es un argentino que fue condenado por el homicidio de José Dagoberto López Uribe, hombre que abusó sexualmente de su hija de cinco años.

A pesar de su condena, Vila no irá a la cárcel, ya que para la Justicia de la ciudad de Bahía Blanca, donde él reside, actuó bajo emoción violenta.

El homicidio

De acuerdo a lo que informa TN, el hecho sucedió el 20 de octubre de 2019 en el interior de una casa ubicada en la calle El Resero, en Bahía Blanca, Argentina.

Hasta allí se dirigió Fernando Vila después de que su hija, de 5 años en ese tiempo, le contara que había sido abusada sexualmente por el sujeto que vivía ahí.

"Justo había un cuchillo arriba de la mesa y fue lo primero que agarré. Sinceramente no me acuerdo mucho, bajé de la moto y lo encaré, lo maté. Tampoco sabía que lo había matado hasta que me entregué en la comisaría", relató Vila.

"De los nervios que tenía la abracé a mi esposa, no podía hablar y me temblaba el cuerpo. Nunca me había pasado una situación así. Ella trataba de tranquilizarme y le dije que fuéramos a la policía, pero no pensé que estaba muerto. Imaginé que lo había lastimado”, agregó el padre. 

Cuando confesó, le dijo a la policía que "había lastimado al violador de mi hija. Me metieron en una oficina y fueron a la dirección que yo les pasé". 

Pero en el momento en que los uniformados volvieron a la comisaría, pusieron a Vila en un calabozo, y le explicaron que José López estaba muerto.

El juicio

Fernando Vila, que ahora se encuentra desempleado, dijo que estaba arrepentido, ya que “si no hubiera ido directamente a la casa no me hubiera pasado todo esto. Hace 3 años que vengo viviendo un calvario”. 

Un jurado popular sentenció al albañil a una pena menor a tres años, por lo que no quedará preso. Fiscalía había pedido que se lo condenara por homicidio simple, que prevé una pena de entre 8 y 25 años.

Vila contó que su hija “todavía sigue mal. Nosotros tratamos de apoyarla en todo. Igual no va a los cumpleaños, con los chicos del barrio no se junta tampoco. Hasta hace poco no sabía que estuve preso, ella pensaba que yo estaba trabajando en el penal”.

“En la cárcel, por lo que había caído yo, no la pasé mal con los otros presos. Pero es feo estar ahí adentro porque tiene que ir tu familia a verte y se tienen que desvestir para entrar. Además, yo soy el único sostén de la familia y todos los días me preguntaba si en mi casa estaban comiendo”, finalizó.

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