"Estoy orgullosa": La historia de la mujer que asegura ser una bruja de la vida real
Este domingo 31 de octubre se celebra Halloween, una fiesta masificada por Estados Unidos y que en muchos países la disfrutan buscando dulces disfrazados de personajes icónicos del cine de terror.
Sin embargo, en una cabaña remota en las Tierras Altas de Escocia, existe una mujer que se toma muy en serio este día. Se trata de Tonks Brown, quien dice ser una bruja de la vida real y que Halloween no se trata de disfraces, calabazas y "dulce o travesura".
"Creo que la sociedad tiene una idea sobre las brujas de la cultura pop", señala la joven de 36 años, pero asegura que se trata de mucho más: "es una gran parte de mi vida, es mi religión y mi fe".
"Estoy orgullosa de ser una bruja de la vida real y Halloween es la mejor fiesta", expresa.
Su relación con el paganismo
El año nuevo pagano es el 1 de noviembre y para Tonks Brown, esa fecha marca el momento de un nuevo comienzo, de no cargar con cosas de la vida en los duros meses de invierno.
De acuerdo al medio BBC, la joven se volvió hacia el paganismo cuando tenía 12 años y vivía en la isla de Mull, en el noroeste escocés. "Me acosaban en la escuela secundaria por ser diferente", recuerda sobre su infancia.
"Me metieron hasta la garganta la Wee Free Church (una iglesia presbiteriana escocesa) en la escuela, tenía servicios en una parroquia y rezaba todo el tiempo", señala, al mismo tiempo que rememora que la regañaban "por colorear cuando debería estar rezando".
Tonks dice que fue en el mundo exterior donde tuvo la sensación de que no estaba sola y "que los animales eran seres iluminados".
"Yo quitaría a un caracol de un camino para que no lo pisotearan", asegura, y que fue esto "lo que me hizo dar cuenta de que la naturaleza era mi iglesia en lugar de un edificio grande, frío y viejo".
Así mismo, afirma que encontró que el paganismo "simplemente se sentía bien y tenía sentido para mí".
Su vida cotidiana
Se podría decir que Tonks tiene dos vidas, una de "bruja" y otra "cotidiana". En la primera, destaca su escoba y su gato negro llamado Cairn, además de la preparación de hechizos y rituales que, según contó a la BBC, no son realizados de forma maliciosa.
Sin embargo, por otro lado, tiene una vida bastante común. Tonks trabaja para los servicios de emergencia de su comunidad, y conduce 10 minutos todos los días hasta su oficina.
Dice que ha aprendido a no predicar sobre el paganismo, pero que defiende a las brujas en su vida cotidiana. "Si escucho a alguien hacer una broma sobre una bruja, intervendré y diré que soy bruja", asegura.
"Desafiaré cualquier forma de prejuicio, pero eso nunca es un enfrentamiento", agrega.
La mujer afirma haber sido guía turística, haber trabajado en ayuntamientos, la policía y el servicio de ambulancias, y que sin embargo su paganismo no ha sido un problema.
"Tenía un colega que estaba aterrorizado por un accesorio que había llevado al trabajo que parecía una varita mágica, porque iba a ir a una práctica después", dice. "Ella ni la quería tocar debido al estigma que rodea a las brujas. Tiendo a encontrarlo divertido en lugar de hiriente", agrega.
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