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"El dolor era una ráfaga palpitante y punzante": Menor que sufrió extraño síndrome asociado al coronavirus

  • Por Meganoticias

¿Qué pasó?

Durante diez días Jack McMorrow, de 14 años, batalló por su vida en el centro pediátrico Morgan Stanley de New York. Su estado de salud se deterioró progresivamente y entró en crisis el 25 de abril cuando presentó 40 grados de fiebre y que, al respirar hondo, le dólía.

A mediados de abril, el adolescente, estudiante del noveno grado en el distrito de Queens, presentó sarpullido en sus manos. Varios días después sus ojos se tornaron vidriosos y empezó a sufrir de dolores de estómago, contó al diario The New York Times.

Una semana después llegó la fiebre a 38 grados y dolor de garganta. Entonces su mamá, Doris Stroman, consultó a su pediatra por videoconferencia. Le recetaron antibióticos, que no mermaron los síntomas. Surgieron otros: cuello inflamado, náuseas, tos seca y sabor metálico.

Colapso

El sábado 25 de abril su cuerpo colapsó: sentía dolor como “una ráfaga palpitante y punzante”. Según el adolescente, “podía sentir cómo recorría mis venas y era como si alguien me hubiera inyectado fuego puro”.

El dolor vino acompañado de fiebre e insuficiencia cardiaca. “Tenía un nódulo linfático del tamaño de una pelota de tenis, una fiebre tremenda, latidos acelerados y una presión arterial peligrosamente baja”, describe el NYT.

Lo llevaron a urgencias del centro médico Weill Cornell, donde le realizaron la prueba de coronavirus, pero debían esperar dos días para los resultados. Lo remitieron al Morgan Stanley, el 28 de abril ingresó a cuidados intensivos.

Los médicos no entendían qué le pasaba a su cuerpo. Su estado empeoraba y le practicaron una nueva prueba de Covid-19, que salió positiva. La sorpresa fue mayor para sus padres, quienes aseguraron que Jack apenas había salido una vez en cuarentena y fue para ayudar a su mamá en la lavandería del edificio.

Síntomas desconcertantes

Los doctores seguían buscando respuestas. Jack era víctima de la enfermedad inflamatoria multisistémica infantil, que ha sido detectada en unos 200 niños en Estados Unidos y Europa. Solo en New York, ha cobrado tres víctimas mortales y se estudiaban 137 casos hasta el 17 de mayo.

Esta afección “provoca inflamación en todo el cuerpo y puede paralizar el corazón” y suele manifestarse “semanas después del contagio en niños que no experimentaron los síntomas de la primera fase del coronavirus”.

En el caso de Jack, su corazón “no estaba bombeando con la fuerza necesaria”, explicó el jefe de medicina de atención crítica pediátrica del hospital Morgan Stanley, Steven Kernie.

Solo el tratamiento con esteroides hizo que la inflamación cediera y Jack se recuperara. El 7 de mayo fue dado de alta, ese mismo día publicó una foto en su cuenta Instagram como una prueba de vida y en señal de victoria de la batalla más dura que le ha tocado enfrentar con apenas 14 años.

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