¿Por qué pasear a una guagua en cochecito es un riesgo para su salud?

¿Qué pasó?

Científicos del Centro Global para la Investigación del Aire Limpio (GCARE), de la Universidad de Surrey (Inglaterra), determinaron que los bebés están expuestos a un 44% más de contaminantes que sus padres durante los paseos en coche.

“Nuestra investigación muestra que las opciones, como el tipo de silla de paseo que usa, pueden afectar la cantidad de contaminación que enfrenta su hijo cuando está haciendo un paseo típico”, explicó el profesor Prashant Kumar, director fundador de GCARE.

El estudio, publicado en la revista Environment International, destaca que mientras más bajo sea el cochecito del menor, mayor es el nivel de contaminación al que se expone al niño.

Metodología y resultados

Compararon tres tipos de sillas de paseo: las individuales que miran hacia adelante; las individuales que miran a los padres y las dobles que miran hacia el camino.

Para ello simularon 89 viajes, de ida y vuelta, de 2.1 kilómetros entre las 8:00 y las 10:00 de la mañana y de 3:00 a 5:00 de la tarde. En ese trayecto, midieron los niveles de exposición a la contaminación del aire de padres e hijos.

Bajo esta metodología, comprobaron que los pequeños “sentados en la parte inferior de una silla de paseo doble estaban expuestos a un 72% más de contaminantes que un niño en el asiento superior”.

Medidas de prevención

“Nuestros resultados refuerzan la necesidad de mitigar las exposiciones a los bebés en el cochecito, especialmente en los puntos críticos de contaminación urbana, como carreteras congestionadas, paradas de autobús e intersecciones de tráfico”, concluye el estudio.

Ante este escenario, el profesor Kumar señala que no todo es negativo. Los coches con cubierta y con opción para subir la altura “parecen haber protegido a los niños de una cantidad apreciable de contaminación bajo ciertas condiciones”.

La investigación determinó que las sillas con cubierta lograron reducir hasta un 39% la concentración de partículas contaminantes finas, como las PM10 y las PM2.5, presentes en la mayoría de las ciudades con baja calidad del aire.