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La historia de Carlos Ghosn: Expresidente de Nissan que escapó cinematograficamente de Japón

  • Por Meganoticias

¿Qué pasó?

Fue un todopoderoso en el mundo de los automóviles. Presidente de Renault, Nissan y Mitsubishi, el brasileño –libanés Carlos Ghosn es hoy un prófugo de la justicia japonesa y protagonista de un escape de película que ha inundado las redes sociales.

Pero antes de todo este espectáculo, Ghosn fue un talentoso hombre de negocios, con mucho instinto para crear grupos de trabajo y alianzas que reflotaran a grandes compañías. Estudió ingeniería y desde muy joven se interesó por el mundo de las empresas de vehículos.

Fue sí que ingresó como practicante en Michelin en Brasil y en poco tiempo fue reconocida su labor hasta escalar a puestos de gerencia. Allí logró excelente relaciones con un fabricante de neumáticos de Estados Unidos y alcanzó una alianza que mejora exponencialmente la producción de la planta, por lo que se convierte en titular de la francesa Michelin para la región.

A finales de los años 90, Ghosn había tocado techo en la empresa, así que busca nuevos retos en Ranault, una empresa que estaba en problemas para entonces y la convirtió en líder en ventas en pocos meses.

Para 1999, el empresario estaba en capacidad de aspirar a más y propuso que Renault comprara parte de Nissan, una marca japonesa que también estaba cargaba con deudas y problemas para competir con Toyota y Honda.

Con mucha habilidad, este hombre de negocios logró que él y Renault se hicieran con el casi 37% de las acciones de Nissan. En 2016 logró adquirir casi la misma cantidad de acciones de Mitsubishi, con lo que se convertía en uno de los empresarios más exitosos de la industria automotriz.

Todo comenzó a desmoronarse cuando las autoridades de Japón detectaron serias irregularidades financieras, como la evasión de impuestos y el desvío de 5 millones de dólares desde Nissan hacia sus propios negocios.

Estas acusaciones produjeron su destitución de las tres gigantes automotrices. Luego, cuando regresaba de Líbano a Tokio, Carlos Ghosn fue capturado en Japón el año pasado y preso en su residencia, lo que nadie imaginó fue que, pese a la estricta vigilancia a la que estaba sometido, el empresario sería brillante para organizar su fuga.

Sin que nadie lo sospechara, a propósito de una pequeña celebración por Año Nuevo que le permitieron hacer en su casa, el hombre de 65 años se escapó metido entre las maletas de instrumentos musicales que habían ingresado. Luego fue trasladado a un jet privado de la empresa MNG Holding rentado y tomó rumbo hacia Beirut, en Líbano.

Por mucho que Japón quiera traerlo de vuelta, entre Líbano y esa nación no hay tratado de extradición. Es decir, el plan le salió perfecto a Ghosn, aunque sabe muy bien que sobre él pesa una orden de captura por Interpol.

“He escapado de la injusticia y la persecución política”, señala un comunicado emitido por Ghosn al llegar a un lugar seguro y absolutamente desconocido.

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