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La nueva forma de viajar por el espacio: Satélite utilizará velas para ser impulsado por la luz

  • Por Meganoticias

Por AFP

¿Qué pasó?

En pocos días, un cohete SpaceX Falcon Heavy despegará de Florida, Estados Unidos, y colocará en el espacio un satélite del tamaño de una rebanada de pan, cuyo único sistema de propulsión será un enorme cuadrado de poliéster brillante, una "vela solar".

Durante décadas, la idea de un "velero espacial" no era más que el sueño de algunos científicos, pero recientemente el asunto se ha vuelto una realidad.

Parece una locura: impulsar una nave a través del vacío del espacio sin motores, sin combustible ni paneles solares, pero aprovechando en cambio el impulso de los fotones, paquetes de energía que constituyen las partículas elementales de la luz, en este caso provenientes del Sol.

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La vela solar

El dispositivo que se lanzará el lunes, llamado LightSail 2, fue desarrollado por la estadounidense Planetary Society, organización que promueve la exploración espacial y que fue cofundada por el famoso astrónomo y divulgador científico Carl Sagan en 1980.

Pero el concepto básico detrás de esta "vela solar" es en realidad mucho más antiguo.

En los albores del siglo XVII, "Johannes Kepler habló de navegar entre las estrellas", dijo a la AFP el director ejecutivo de la Planetary Society, Bill Nye.

Kepler imaginó la posibilidad de que velas y naves "pudieran adaptarse a las brisas celestiales", y "resulta que sí, no es solo poesía", dijo Nye, quien es conocido en Estados Unidos como el "Science Guy" ("el tipo de la ciencia"), por el programa de televisión para niños que le dio fama en todo el país en la década de 1990, y que conduce actualmente un programa en Netflix.

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¿Cómo se confecciona?

Confeccionar una vela solar no requiere de una tecnología revolucionaria, como uno podría imaginar.

En esencia, se trata de un gran cuadrado de una película muy delgada (más fina incluso que el espesor de un cabello), ultraliviana y reflectiva, hecha de un tipo de poliéster desarrollado en la década de 1950. En el mercado estadounidense, a ese material se lo conoce por el nombre de la marca Mylar.

Al rebotar contra la vela, los fotones transfieren su impulso en dirección opuesta a la luz reflejada.

"Cuanto más grande y más brillante, y menor la masa de la nave espacial, más empuje se logra", explicó Nye.

El empuje que proveen estos fotones es diminuto, pero también ilimitado. "Una vez que estás en órbita, el combustible nunca se acaba", dijo.

En 2010, la agencia espacial de Japón lanzó una vela solar a la que llamaron Ikaros. Intentos de otros países y organizaciones no han logrado probar completamente el concepto.

"Es una idea romántica a la que finalmente le llegó la hora", dijo Nye. "Esperamos que esta tecnología se extienda".