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¿Duermes en posición fetal o boca abajo?: Las posturas al dormir que podrían revelar tu nivel de estrés

El estrés es una respuesta natural del cuerpo y la mente ante los desafíos cotidianos. Pero ahora, expertos en salud del sueño advierten que la postura que adoptamos al dormir podría ser una señal silenciosa de estrés emocional acumulado.

Según reveló el medio Real Simple, la forma en que el cuerpo se acomoda durante la noche —incluso de forma inconsciente— puede ofrecer pistas sobre nuestro estado mental, abriendo la posibilidad de identificar señales de tensión y buscar estrategias para mejorar el descanso.

El cuerpo también comunica mientras dormimos

Carlos Núñez, director médico de ResMed, explicó que el Sistema Nervioso Simpático (SNS) —encargado de la respuesta de lucha o huida ante el estrés— permanece activo incluso mientras dormimos. Esta activación puede influir directamente en la postura nocturna.

Tu cuerpo comunica, incluso cuando estás dormido. Una postura tensa y encogida puede reflejar una mente bajo presión”, afirmó Núñez.

Según el experto, posiciones como acurrucarse con fuerza o abrazar una almohada generan una sensación de seguridad física, lo que ocurre tanto en adultos como en niños en momentos de tensión emocional.

Por su parte, la psicóloga clínica Nicole Moshfegh, especialista en salud del sueño, advirtió que estos comportamientos están acompañados de respuestas fisiológicas como aumento del ritmo cardíaco, respiración agitada y tensión muscular, que dificultan alcanzar un sueño reparador.

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Las posturas que podrían indicar un nivel elevado de estrés

El artículo de Real Simple identifica algunas posturas que podrían estar relacionadas con altos niveles de estrés, especialmente si se presentan junto a otros síntomas emocionales o físicos:

Posición fetal

Dormir de lado, con las rodillas recogidas hacia el pecho y los brazos pegados al cuerpo, es común en personas bajo tensión.

“Las personas que duermen en una posición fetal muy cerrada pueden ser emocionalmente más sensibles o ansiosas”, explicó Núñez.

Boca abajo ("freefall")

Dormir boca abajo, con los brazos extendidos o abrazando la almohada, podría reflejar una necesidad de control o estrés internalizado, aunque parezca una posición relajada. También puede estar asociada a una sensación de vulnerabilidad.

Puños cerrados

Dormir con los puños apretados puede ser una señal de tensión muscular relacionada con el estrés.

Moshfegh asoció este patrón al bruxismo (rechinar los dientes), lo que genera molestias al despertar, aunque no se recuerden sueños inquietantes.

Cambios constantes de postura

Moverse continuamente durante la noche puede ser un reflejo de ansiedad. “Aunque este patrón puede tener otras causas, como el síndrome de piernas inquietas, no debe ser ignorado”, advirtió Moshfegh.

¿Cuándo buscar ayuda?

Si estas posturas se mantienen a lo largo del tiempo o van acompañadas de insomnio, despertares frecuentes, pesadillas o malestar físico al despertar, es recomendable consultar con un especialista en salud mental o medicina del sueño.

Identificar las señales del cuerpo —incluso mientras duermes— puede ser el primer paso hacia una mejor calidad de vida y descanso, advierten desde Real Simple.

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