Advierten sobre peligrosos compuestos químicos presentes en las piezas de los niños
- Por Diego Alonzo
La calidad del sueño es vital para que los niños del hogar tengan un óptimo crecimiento. Sin embargo, hace poco un estudio advirtió sobre peligrosas sustancias que están presentes en las piezas de los más pequeños y que justamente los dañan cuando ellos concilian el sueño.
La investigación
La investigación corrió por parte de la revista Environmental Science & Technology Letters, que indicó que existen diversos colchones infantiles que contienen compuestos químicos que serían neurotóxicos.
Se trataría de ftalatos, retardantes de llama y también filtros UV, los que pueden liberarse en el aire y ser inhalados por los niños al interior de sus habitaciones justo cuando están dormidos.



La profesora Miriam Diamond, de la Universidad de Toronto, fue quien encabezó la investigación, que midió la calidad del aire en las piezas de 25 niños que tenían entre 6 meses y 4 años.
Al ver los resultados, tanto ella como los investigadores quedaron sorprendidos debido a que quedaron en evidencia más de dos docenas de compuestos volátiles que se desprendieron de los colchones, además de otros elementos que permanecían en los dormitorios.
¿Qué dijo la profesora Miriam Diamond?
Diamond destacó que "encontramos altos niveles de ftalatos que están restringidos en los juguetes, pero no en los colchones".
En esta línea, los científicos dijeron que "dado que todavía están en desarrollo, (los niños) tienen conductas de llevarse las manos a la boca y tienen frecuencias respiratorias diez veces más altas que los adultos".
Asimismo, en el estudio se demostró que el calor corporal y el peso del niño en sí puede ayudar a aumentar la liberación de los compuestos al aire.
Jane Houlihan, directora de investigación de Healthy Babies, Bright Futures, agregó que "los colchones analizados emitían sustancias químicas tóxicas, independientemente de su precio, materiales o país de origen. Y algunos contenían aditivos que superaban los límites legales".
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