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"Estuvo encerrado una hora y media": Gustavo Álvarez cuenta cómo vivió su hijo de 9 años el caos en estadio de Independiente

A más de una semana de la brutal pelea entre hinchas de Universidad de Chile e Independiente en el Estadio Libertadores de América, en Avellaneda, que dejó varios chilenos heridos y detenidos, el entrenador azul Gustavo Álvarez rompió el silencio y relató el drama personal que vivió: su hijo de 9 años quedó atrapado en medio de la violencia.

En conferencia de prensa previa al Superclásico contra Colo Colo, el técnico argentino confesó que lo más duro fue el miedo por su hijo, quien se encontraba en un palco mientras se desataba el caos en las tribunas.

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Un episodio que cambió a Gustavo Álvarez

Álvarez calificó lo ocurrido como una verdadera locura. “Tengo un hijo de nueve años que estuvo encerrado una hora y media en un palco, con hinchas del otro equipo amenazándolo”, relató.

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El reencuentro con su hijo ocurrió en la madrugada, y la experiencia lo marcó profundamente: “Cuando lo vuelvo a ver, cerca de la 1 o 2 de la mañana, me hizo tres preguntas que no tuve respuesta. Fíjese lo difícil que es reenfocarse. Te hace replantearte todo”.

Además, el estratega admitió haber sentido impotencia al no tener noticias claras sobre lo que pasaba en las gradas: “Estoy hablando de muchos kilómetros de distancia y de nosotros mismos, que con una distancia de 100 metros estábamos encerrados en un vestuario, sin saber qué había pasado”.

“Cuando hay odio, uno no sabe hasta dónde puede escalar”

Durante la conferencia, Álvarez confesó que lo vivido le generó “desprecio por la vida, por el prójimo y un odio infundado” al presenciar la barbarie.

“El fútbol no es lugar para estas cuestiones. Gracias a Dios no lamentamos fallecimientos, pero no deja de ser muy doloroso y nos obliga a replantearnos muchas cosas”.

En ese sentido, el técnico fue enfático al señalar que lo ocurrido no fue rivalidad deportiva, sino odio: “Cuando hay odio, uno no sabe hasta dónde puede escalar. Eso es lo que más miedo da como padre y como entrenador que ve a sus hinchas sufriendo”.

Finalmente, Álvarez aseguró solo piensa en el Superclásico, pero sin duda alguna que el episodio cambió su manera de ver el fútbol: “Hoy la cabeza la tengo en el Superclásico, pero créame que estas cosas te cambia. Uno ya no mira igual un partido cuando sabe que su hijo estuvo en peligro. El fútbol tiene que ser pasión, no una trinchera de violencia”.

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