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"Las discusiones nunca fueron graves": Zepeda relata relación con Narumi y luego rompe en llanto por estar preso

¿Qué pasó? 

La novena audiencia del juicio contra Nicolás Zepeda, acusado de asesinar a su expareja Narumi Kurosaki en Francia, estuvo marcada por la declaración que entregó el chileno, quien contó detalles de su vida, de su estadía en Japón y de su relación sentimental con la joven asiática. 

Sin embargo, su testimonio se vio interrumpido por una crisis de angustia que protagonizó el imputado, luego que comenzara a llorar descontroladamente mientras relataba los maltratos que sufrió en la cárcel francesa donde permaneció recluido. 

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A raíz de lo anterior, la audiencia debió ser suspendida hasta el lunes 18 de diciembre en medio de un bochornoso incidente en el que se vio involucrada la madre de Zepeda, quien gritó frente a la corte. 

 

AFP

 

"Necesitamos un culpable y entonces hacemos un retrato de tal"

Al comienzo de su relato, el connacional comentó el perfil psicológico que se le realizó hace algunos años, asegurando haberse sorprendido de las conclusiones. 

"Cuando recibí los resultados del perito psiquiatra en 2020 estaba sorprendido por todas esas palabras: manipulador, narcisista, controlador", indicó Zepeda, afirmando que hubo "incoherencias".

"Necesitamos un culpable y entonces hacemos un retrato de tal", señaló, sobre la visión que supuestamente habrían tenido quienes lo sindicaban como autor del crimen.

"Menos mal que pude ver al Dr. Coutanceau", manifestó, quien es el experto contactado por la defensa. "En el primer peritaje con Canterino, lo primero que me dijo fue: 'nos vamos a apurar porque tengo que tomar un tren", recordó el imputado. 

"Siempre he sido una persona feliz"

En su testimonio, Nicolás Zepeda detalló pasajes de su vida, manifestando que "siempre he sido alguien feliz. Siempre tuve el sentimiento de haber sido amado. Mis hermanas son mis mejores amigas".  

El chileno comentó que su primera escuela era Montessori y que desde pequeño le gustó la danza y el deporte. "Bailaba en el living con mi madre", dijo. 

En su declaración, dijo en latín que "mi lema es mente sana en cuerpo sano" y, al ser consultado por el presidente de la corte si él practicaba deporte solo por jugar o si lo hacía para ganar, respondió: "Por jugar, me da lo mismo ganar"

Su viaje a Japón y su relación con Narumi

El principal sospechoso del crimen de Narumi, posteriormente, abordó los pasajes de su estadía en Japón, relatando que eligió ese país por su lado tecnológico y su seguridad, pero también por el enfoque espiritual. "Voy a la iglesia, lo hago desde que soy pequeño", explicó. 

El imputado señaló que en la ciudad de Tsukuba estudió administración y, al ser consultado sobre los elementos que lo marcaron la primera vez que viajó a ese territorio, contestó que "es un lugar diametralmente opuesto a Chile, se conduce del otro lado, amanece muy temprano. Conocí gente maravillosa en un país maravilloso. Conocí a Narumi".

Respecto a su relación con la joven japonesa, reveló que ambos se conocieron en una fiesta de la universidad de Tsukuba, en donde él era DJ. Tenían un curso en común y comenzaron a sentarse juntos. Luego, en febrero de 2015, iniciaron su relación. 

En cuanto a su convivencia con Narumi, Zepeda explicó que "a Narumi le costaba ir al supermercado, ella tenía dos trabajos, entonces yo me encargaba de eso. Soy pragmático, me gusta resolver las cosas".

Sobre disputas que haya experimentado la pareja, aclaró que "nunca fue demasiado grave, yo diría que fueron más bien diferencias. Lo que me gustó de Narumi fue que cuando llegábamos a un consenso, no se volvía a hablar del tema".

Más tarde, agregó que una vez "estábamos en la cama, acostados, y Narumi me preguntó si estaríamos juntos para siempre. Le dije: 'escucha, Narumi, sería un placer". 

Audiencia debió ser suspendida

La audiencia debió ser suspendida hasta el lunes, luego que Nicolás Zepeda comenzara a llorar al recordar los maltratos que sufrió en la cárcel de Besançon, en donde permaneció bajo un régimen de aislamiento por dos años. 

Aunque el chileno tiene buenos recuerdo de los primeros meses, aseguró que las cosas se pusieron peores después.  "He visto cosas horribles y graves. Fui testigo de ataques a auxiliares (reclusos que trabajan) por parte de los guardias, los golpeaban en el suelo, simplemente porque no querían limpiar la celda", explicó. 

El imputado escribió dos cartas detalladas a su abogado de entonces, señalándole lo que ocurría, sin embargo, la segunda misiva no le llegó, porque la abrieron los supervisores. "Escuché que leyeron mi carta y desde entonces no me han dejado ir. Es difícil sobrevivir con guardias que me odian. Todo terminó con una agresión de un supervisor, recibí un puñetazo", relató.

Una vez que el llanto se apoderó de él y no pudo seguir hablando, su madre empezó a gritar: "¿Dónde están los Derechos Humanos para mi hijo? ¿Por qué lo tratan como un perro?". Luego, el presidente de la corte decidió dar por finalizada la audiencia.

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