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Columna de Mauricio Morales: "Santa Tohá"

Qué duda cabe. El gobierno lo está pasando mal. El listado de crisis es interminable. El Presidente se mantiene con un 30% de aprobación, según la última encuesta Cadem y, parece resistir -al menos por ahora-frente a la agudización del crimen, el alza en la delincuencia, el recrudecimiento del narcotráfico, y la permanente inmigración irregular.

La estrategia de La Moneda es sacar al Presidente de la primera línea en la lucha contra el delito, y conseguir que sea la ministra Tohá quien absorba todos los golpes. Como fiel escudera, ella asume esta función con particular lealtad, acompañando al Presidente al funeral del carabinero Daniel Palma y recibiendo la ira de la oposición, además del desafío público y mediático del alcalde Carter. Todo esto en medio de un permanente conflicto dentro de la coalición de gobierno, que a estas alturas parece una montonera dedicada a administrar el Estado más que un pacto político-programático destinado a transformar Chile en un país desarrollado.

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Los resultados están a la vista. La Cadem muestra que Tohá retrocedió en su aprobación del 59% al 42%, cayendo al fondo de la tabla junto a otros dos ministros que frecuentan esa posición: Giorgio Jackson y Nicolás Grau. Mientras menor sea el apoyo registrado a la ministra del Interior, más ánimo existirá desde la oposición para presionar por su salida. Pero Tohá es firme y está dispuesta a pagar ese costo. En política a veces la recompensa tarda en llegar, aunque la situación que vive la ministra sea muy injusta.

Cuando todos pensábamos que los costos los pagaría Apruebo Dignidad y no el Socialismo Democrático, las sucesivas crisis han puesto a Tohá como la única que da la cara desde el gobierno. La valentía tiene un costo y el aplomo también. El problema es que junto con ella también está descendiendo la imagen positiva de los otros ministros del Socialismo Democrático. Ya estábamos acostumbrados a ver a Marcel como líder del ranking, acompañado de la propia Tohá y, en algún minuto, por Uriarte o Montes, e incluso del subsecretario Monsalve. En esta última encuesta todo cambió. Marcel quedó en cuarto lugar, Monsalve bajó en 6 puntos su valoración, Uriarte en 7, y Montes en 11 puntos.

sde Apruebo Dignidad, en tanto, la ministra Vallejo no sufrió variación estadísticamente significativa en su evaluación, y la ministra Jara pasó a un expectante tercer lugar con un 57% de valoración positiva. Nadie sabe para quién trabaja. Jara cosechó los beneficios del proyecto de las 40 horas -respaldado por el 71% de la ciudadanía, según Cadem- que, de paso, sirvió para que Vallejo no experimentara una caída, mientras que el Socialismo Democrático quedó fuera de los abrazos y festejos.

La pregunta que surge de este análisis es obvia: ¿cuánto aguanta esta situación? Desde el Socialismo Democrático no fueron muy usuales los insultos a Carabineros, el endiosamiento de la primera línea, la vista gorda frente al fuego, la minimización de los saqueos, ni la confusión del desorden público con una expresión legítima de las demandas ciudadanas. Sin embargo, sus ministros están saliendo perjudicados. Es más. Los indultos fueron idea del Presidente de la República y Apruebo Dignidad.

El Socialismo Democrático no tiene pito que tocar ahí, pero de todos modos sus líderes son los que llevan la batuta en asuntos de seguridad pública. Tohá ha soportado la división de la coalición al momento de votar leyes como la Naín-Retamal, la presión de los partidos opositores para imponer “mano dura”, y las críticas desde Apruebo Dignidad para que muestre mayor liderazgo en los asuntos de seguridad pública. ¿No será mucho?, ¿qué haría el gobierno si la ministra Tohá se aburre, toma sus cosas y se va del gabinete?, ¿quién podría reemplazarla? Sinceramente, nadie.

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