"Me arrancaba la piel": Mujer fue atacada por su esposo y su madre de 104 años dio la vida para defenderla en Argentina
- Por Cristian Latorre
¿Qué pasó?
Entre lágrimas, Estela Medina, de 62 años, recuerda el horror que vivió el pasado 27 de junio en su domicilio en la ciudad de Tucumán, Argentina. Su madre, Rosa Andrada, de 104 años, murió tras lanzarse sobre su yerno, Hugo Zelaya (72), en un intento desesperado por salvarla de una brutal agresión.
Según informó el medio TN, la tragedia se desencadenó cuando Zelaya intentó forzar a Estela a mantener relaciones sexuales. Ante su negativa, el hombre desató una violenta reacción: comenzó a golpearla y a empujarla fuera de la cama.
"Yo veía que tenía pedazos de piel"
"Me empezó a pegar y me hizo rodar por la cama hasta el borde", relató Estela, quien cayó al piso indefensa. Lejos de detenerse, Zelaya tomó un bastón y le golpeó la cabeza. Cuando la víctima intentó escapar, el agresor la alcanzó antes de que lograra llegar a la puerta y la mordió.



"Me arrancaba la piel, yo veía que tenía pedazos de piel mezclados con pelos en los dientes y masticaba", recordó con horror la mujer en conversación con la periodista Mariana Romero, del medio local Tendencia de Noticias.
"Con la mano alcancé un frasco de perfume y empecé a golpearlo para que se rompiera y clavarle el vidrio, pero no se rompía. Entonces agarré un Pervinox (antiséptico) y se lo tiré en los ojos", agregó.
LO ÚLTIMOSu madre la salvó, pero murió en el intento
En medio del ataque, Rosa Andrada, quien dormía en otra habitación y sufría de demencia senil, se levantó al oír los gritos. Al ver lo que ocurría, se acercó y le suplicó a su yerno: "Hijo, déjala". Luego, en un acto heroico, se lanzó sobre él para darle una oportunidad a su hija de huir.
Estela logró salir a la calle a pedir ayuda, pero los vecinos, temerosos, no intervinieron. "Yo gritaba ‘nos están matando’, pero nadie quería entrar", lamentó, profundamente conmovida.
Cuando finalmente llegó la policía, Rosa ya había muerto producto de la golpiza. “Me salvó mi mamá”, repitió Estela entre lágrimas, mientras despedía los restos de la mujer que dio la vida por ella.

"Nada impide que el asesino salga a buscarla"
A pesar de la brutalidad del crimen, Hugo Zelaya no fue enviado a prisión. Debido a la legislación vigente en Tucumán, los mayores de 70 años no pueden cumplir prisión preventiva, por lo que quedó con arresto domiciliario mientras busca una pena reducida mediante un juicio abreviado.
Estela, aún herida y aterrorizada, no puede volver a su hogar. Su esposo, en tanto, permanece libre dentro de su domicilio y sin vigilancia policial. “Nada impide que el asesino salga a buscarla”, advirtió un familiar.
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