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El lado futbolero de Pablo Escobar: Del amor por Atlético Nacional hasta la muerte de un árbitro

  • Por Mega Deportes

El capo del narcotráfico Pablo Emilio Escobar Gaviria no sólo se hizo conocido en el mundo entero por construir un imperio en torno mundo de la droga, sino que también por su gran pasión: El fútbol.

En el balompié el "Patrón" también dio rienda suelta a su negocio, donde combinó sus actos delictivos que lo llevaron a su muerte (a los 44 años) con el amor que tenía al equipo que siempre apoyó: Atlético Nacional de Medellín.

Fue tanto su arraigo al cuadro de su ciudad, que las historias apuntan a su ayuda para llevar al cuadro verde a ganar la Copa Libertadores de América de 1989.

Pablo Escobar y sus "ayudas"

La historia se remonta a 1989, cuando el elenco dirigido por Francisco "Pacho" Maturana era sensación a nivel sudamericano por su sólido juego y gran campaña.

A pesar de ser uno de los candidatos a luchar por la corona de la Copa Libertadores, para Escobar el buen fútbol de su equipo no era suficiente, y optó por influir en el campeonato, ya que en el mundo del deporte encontró una vía rápida y fácil para lavar su dinero ilícito.

En 1989, tras caer con Olimpia de Paraguay 2-0 en la final ida, en la revancha Atlético Nacional ganó por idéntico marcador y se llevó la copa en lanzamientos penales (5-4), en un equipo que contaba con figuras como René Higuita, Leonel Alvarez, John Jairo Trellez y el "Palomo" Isuriaga.

“Ya salvé a mi familia, ahora depende de ustedes”

Las historias se multiplican en torno al partido jugado el 31 de mayo de 1989, como la del afamado periodista deportivo paraguayo, Gabriel "Loco" González, quien admitió que "la escuadra paraguaya disminuyó su nivel en la vuelta por amenazas de Escobar, para que perdieran o 'no salían vivos de Colombia'”.

Otros aseguran que dichas amenazas no fueron hacia el plantel guaraní, sino para el árbitro Juan Carlos Loustau, a quien exigieron hacer bien su trabajo o tendría que rendirle cuentas al narcotraficante.

Ever Hugo Almeida, portero de Olimpia en esos años, aseguró que antes de los penales, el árbitro se acercó a ellos bajo las lágrimas y les dijo “ya salvé a mi familia, ahora depende de ustedes”, aunque hasta la actualidad ha permanecido únicamente como algo extraoficial.

 

Contratación de futbolista, secuestro de un árbitro y muerte

Siguiendo por su pasión por el fútbol, para Pablo Escobar era normal contratar a futbolistas profesionales para disputar partidos en su Hacienda Nápoles.

Para esto, el "Patrón" pagaba el viaje en avión y sumas considerables de dinero, a cambio de sus servicios para disputar partidos.

Además, las canchas fueron otro campo de batalla entre los grupos delictivos que operaban en Colombia, ya que Escobar buscaba que el Atlético Nacional siempre fuera el equipo más dominante en su país, mientras el Cartel de Cali ansiaba lo propio con Millonarios.

Fue tal la rivalidad, que en noviembre de 1988, el árbitro Armando Pérez fue secuestrado. Un año después, tras un partido entre Independiente de Medellín y América de Cali, el juez Álvaro Ortega fue asesinado por sicarios, por una aparente orden de Escobar Gaviria.

Por esto, el campeonato colombiano fue suspendido por primera vez en su historia y no hubo campeón.

Otro recordado episodio, fue lo ocurrido con Andrés Escobar, quien fue asesinado 10 días después del autogol que hizo en el Mundial de 1994 ante Estados Unidos, donde los culpables eran exsicarios del "Patrón". 

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