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El caso de Rodrigo Orias: A 15 años del homicidio de un sacerdote en la Catedral

  • Por Oliver Rodríguez

Se trata de uno de los casos policiales más impactantes de la historia de Chile. El 24 de julio de 2004, Rodrigo Orias, de entonces 25 años, ingresó a la Catedral de Santiago y, utilizando un arma blanca, asesinó al sacerdote italiano Faustino Gazziero (siguiente foto), luego de que este culminara la tradicional misa sabatina de las 17:30 horas.

Según las declaraciones entregadas por los feligreses que se encontraban en el templo religioso, tras apuñalar en reiteradas oportunidades a la víctima, Orias repetía la frase: "por satán". Al mismo tiempo en que se autoinfringía heridas destinadas a terminar también con su vida. No obstante, debido a la rápida atención médica que recibió tras ser detenido por Carabineros, el joven oriundo de Coyhaique sobrevivió.

Informes Psiquiátricos

El crimen horrorizó a la ciudadanía y a la Iglesia Católica en particular, por lo que el proceso judicial en torno a Orias, como también los detalles de su vida, se tornaron un tema de amplio interés público: Se habló de su gusto por el black metal, sus tatuajes y de los ritos que realizaba con animales en su ciudad natal, desde donde viajó para ejecutar el asesinato de Gazziero.

Todos esos elementos se vieron unidos y dotados de mayor sentido cuando se conocieron los resultados de los informes psiquiátricos encargados a expertos de la Universidad Católica y del Servicio Médico Legal (SML), que concluyeron que Orias padecía de una esquizofrenia del tipo paranoide.

Resumen del Poder Judicial

Órdenes alucinadas

La decisión de la entonces jueza (s) del Tercer Juzgado del Crimen de Santiago, Verónica Sabaj, señalaba que el joven presentaba "un cuadro sicótico, con presencia de fenómenos alucinatorios, auditivos, táctiles, cenestésicos de contenido mágico y demoníaco, circunstancias que implican que el inculpado al momento de cometer el delito investigado, se encontraba privado de razón o juicio de realidad, motivado por sus ideas delirantes y por órdenes alucinadas que le impedían actuar con el debido discernimiento".

En diciembre de 2004, la Séptima Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, de forma unánime, confirmó el fallo de primera instancia y se declaró oficialmente la inimputabilidad del detenido, quien fue trasladado el 12 de enero de 2005 desde el Hospital de la ex Penitenciaría de Santiago hasta el Hospital Psiquiátrico de Putaendo, en donde inició su tratamiento.

Tres años y seis meses más tarde, específicamente el 27 de junio de 2008, Rodrigo Orias recibió su alta médica y se trasladó a Coyhaique. Desde el recinto hospitalario señalaron que se encontraba listo para su reinserción social, mientras mantenga su tratamiento y medicamentos de por vida. Tanto él como su familia expresaron disculpas a la familia de Gazziero y la Iglesia Católica por lo sucedido.

Fisicoculturismo

En la región de Aysén trabajó en una empresa forestal y se volvió un asiduo visitante del gimnasio Power Fitness de su ciudad natal, en donde comenzó a entrenar sus músculos. En diciembre de 2009, de hecho, ganó un campeonato de fisicoculturismo, como consignara LUN en 2010.

La última información conocida de Orias es que abandonó Coyhaique y se radicó en Santiago. Además, cambió su apellido paterno para evitar ser reconocido tanto socialmente como en sus trabajos y así ir dejando definitivamente atrás ese capítulo de su vida.