Votará un chileno: Así será el cónclave para elegir al siguiente Papa
La pregunta que todo el mundo debe estar haciéndose en estos momentos es qué sigue después la muerte del Papa Francisco, el argentino y primer latinoamericano que lideró a la Iglesia Católica por poco más de 12 años.
Al mismo tiempo que se planifican las exequias de Jorge Bergoglio —las que se desarrollarán durante nueve días—, el Vaticano debe ocuparse de otro asunto importante: quién asumirá como Sumo Pontífice.
¿Qué sigue tras la muerte del Papa Francisco?
Existe un meticuloso y extenso protocolo para elegir al candidato ideal. Lo primero que se ordena es que la Santa Sede quede a cargo del camarlengo, un cardenal encargado de certificar la muerte del papa y administrar el Vaticano hasta la esperada elección. Actualmente, ese cargo lo ejerce el irlandés Kevin Joseph Farrell.



Una vez que el camarlengo acredita el fallecimiento de la máxima autoridad católica, procede a sellar la habitación papal y le comunica la muerte —o eventual renuncia del papa, como ocurrió con Benedicto XVI en 2013— al cardenal vicario de Roma.
LO ÚLTIMOOtras funciones que deberá desempeñar Farrell son la gestión del funeral de Francisco y su posterior entierro, siguiendo las instrucciones que el Santo Padre dejó antes de morir: no ser enterrado en un ataúd triple ni ser expuesto revestido para la visita de los fieles en la Basílica Vaticana, según explico Rodrigo Larraín, teólogo de la Universidad Central.
El famoso cónclave y el humo blanco
Comunicada la muerte del pontífice, todos los cardenales —incluido el de Chile, el cardenal arzobispo de Santiago, Fernando Chomali— tienen un máximo de 20 días para llegar al Vaticano y ser protagonistas del famoso cónclave, la instancia que definirá al sucesor de Bergoglio. Eso sí, solo los menores de 80 años pueden votar y ser elegidos.
Durante el cónclave, los cardenales se encierran en la Capilla Sixtina y participan en una misa matutina especial. "Los cardenales se mantienen en estricta clausura dentro de la ciudad del Vaticano para las votaciones y en la Casa de Santa Marta para descansar y comer", detalló Carlos Plaza, académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Para que un cardenal sea electo debe tener dos tercios de los votos posibles. De no llegar al resultado, los sufragios se queman con un químico que emana un humo negro; por el contrario, de haber un elegido, el decano del Colegio Cardenalicio le pregunta si acepta el resultado y con qué nombre quiere ser conocido en el mundo.
En ese caso, los votos también se queman, pero con una sustancia que produce un humo blanco, sinónimo de que hay nuevo papa. "Posteriormente, el cardenal protodiácono proclama la famosa frase 'habemus papa' desde el balcón de la Basílica de San Pedro, presentando al nuevo pontífice, quien imparte su primera bendición", agregó Plaza.
De esta manera, se celebra al nuevo sucesor de San Pedro, que servirá como jefe de Estado del Vaticano y velará por el bienestar de la Iglesia Católica y sus seguidores durante todo su periodo.
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