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La extraña desaparición de la familia Gill hace 20 años: Excavan hacienda en busca de los dos adultos y cuatro niños

Hace más de 20 años que la familia Gill es buscada. La pareja y sus cuatro hijos desaparecieron en enero de 2002, cuando fueron vistos por última vez en la hacienda donde trabajaban en Entre Ríos, provincia de Argentina. Testimonios recientes condujeron a una nueva excavación.

La labor es realizada por maquinaria pesada, en linderos de la estancia La Candelaria, en Nogoyá. Está a cargo de una comisión de la justicia de Entre Ríos y miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense.
Las autoridades indicaron que de no conseguir los restos de la familia, las excavaciones seguirán en un campo aledaño.

La búsqueda de la familia Gill

Los linderos donde se ejecutan las nuevas excavaciones se ubican en las cercanías de Paraná, Brasil. Es un terreno nunca excavado, que cuenta con 500 hectáreas. Su propietario era Alfonso Goette, el jefe de José Rubén Gill, uno de los adultos desaparecidos; y quien falleció en 2016 en un accidente de auto.

La búsqueda de la familia Gill comenzó luego de que una hermana de José Rubén lo reportó como desaparecido en agosto de 2002. La denuncia demoró seis meses porque en el campo argentino, en aquel momento, las comunicaciones eran difíciles y por eso las familias se hablaban poco.

La familia de José supo que algo pasó cuando recibió la visita de Goette. El hombre fue a pedirles información sobre sus empleados, quienes, supuestamente, no regresaron de unas vacaciones de tres meses que les otorgó.

Sin embargo, la hermana y la madre de José no quedaron conformes con las explicaciones de Goette, pues sabían que nunca les permitió más de 15 días de vacaciones a la pareja.

Un hombre de temperamento fuerte

La primera inspección en La Candelaria se realizó tras 18 meses de la denuncia. En ese momento no hubo indicios que a José, Margarita Gallegos (esposa), María, Osvaldo, Sofía y a Carlos (hijos) les había pasado algo. Su casa estaba intacta.

Con el pasar de los años las investigaciones continuaron, incluso cuando se designó un nuevo juez al caso. Según informó El Clarín, luego de la muerte de Alfonso Goette, el jefe de la pareja, aparecieron testigos dispuestos a declarar, pues el hombre de temperamento fuerte ya no estaba para asustarlos.

Uno de esos testigos declaró en 2017 que antes de su desaparición, vió a José molesto porque Goette le asignó cavar unos pozos. La declaración fue suficiente para que las autoridades ordenaran la nueva excavación, que se materializó este 24 de octubre.

Aunque será la última, las autoridades no descartan otras en el caso de que aparezcan más testigos que los lleven a otra nueva ruta de búsqueda.