El día en que Julia Chuñil fue testigo y declaró contra uno de sus hijos en causa por homicidio: "Estoy enferma y sola"

Este martes 8 de abril se cumplen cinco meses exactos desde que se le perdió la pista a la dirigente mapuche Julia Chuñil Catricura (72), en el sector de Huichaco Sur en la comuna de Máfil, región de Los Ríos.

El viernes 8 de noviembre del año pasado, la presidenta de la comunidad indígena Putreguel salió en búsqueda de su ganado, en compañía de Cholito, uno de los perros que viven en su terreno. Pero Chuñil Catricura no regresó.

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El caso de Julia Chuñil ha suscitado la intervención de organizaciones medioambientales que exigen justicia para la lideresa mapuche. El 10 de diciembre pasado, el Presidente Gabriel Boric señaló que el Gobierno no va a “cejar hasta encontrarla”. Incluso, medios internacionales como el The Guardian han cubierto en la zona su posible deceso.

Con el paso de los meses, la posibilidad de encontrar con vida a la dirigente mapuche se redujo drásticamente. Si bien hasta el momento la investigación no ha descartado ninguna hipótesis, se presume la participación de terceros en su desaparición y eventual muerte.

En la casa de la dirigente mapuche, emplazada en un terreno que comparte con algunos de sus hijos, se ha levantado evidencia por parte de la Fiscalía de Los Ríos –que trabaja en conjunto con la Brigada de Homicidios (BH) de la PDI y Labocar de Carabineros– que podrían esclarecer las circunstancias de su desaparición.

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El pasado 30 de enero, personal de la Segunda Comisaría de Los Lagos ejecutó una orden de entrada y registro en el domicilio de la mujer mapuche. En esa diligencia, los policías detectaron una mancha de aspecto hemático en la puerta de uno de los hijos de la dirigente, Javier Troncoso Chuñil.

En esa oportunidad, fuentes de la investigación confirmaron a Mega Investiga que esa mancha, según pericias aplicadas por el Laboratorio de Carabineros, correspondía a sangre de la dirigente mapuche desaparecida. La familia de la defensora ambiental ha denunciado que han allanado su casa entre siete u ocho veces.

“Es muy sospechoso que afirmen eso, porque mientras no se encuentre el cuerpo de mi mamá no pueden decir que esa sangre es de Julia Chuñil. Nos están haciendo un hostigamiento como familia”, le señaló a este medio Pablo San Martín, uno de los hijos de la dirigente.

Mega Investiga accedió a una declaración de Julia Chuñil, donde describe a su familia y reconstruye la relación con uno de sus hijos. En esa causa, José Troncoso Chuñil (40), fue acusado por homicidio y Julia testificó en su contra. Fue condenado a 12 años y en noviembre próximo cumplirá su pena.

Pero no es la única causa en que se vio envuelta la familia de Julia Chuñil. Existen otras denuncias por violencia intrafamiliar, agresiones e incluso amenazas de muerte proferidas por el mismo hijo contra la propia dirigente mapuche.

“Estoy enferma y sola”

Faltaban pocas horas para celebrar la llegada del 2017 y en la familia Chuñil hacían los preparativos para la fiesta de año nuevo, como lo solían hacer con otras celebraciones: carneando un animal para un asado.

De esa tarea se encargó José Troncoso Chuñil, apodado “El Cheli”, junto a Sergio Guzmán Guzmán, quien vivía en la misma casa que el resto de los Chuñil y a quien le decían “El Martillo”. Estaban en eso, tomando alrededor del fuego, cuando se empezaron a sacar cuentas pendientes. El propio Troncoso Chuñil lo contó así en su declaración, transcrita por un funcionario del tribunal:

“Le debía una leña, él (Guzmán) se la cobró, pero no la había vendido, se insultaron y pelearon, se tiraron un par de combos, le pegó, (José) era más grande que él. Esto de tomar y pelear ya lo habían hecho antes. En la noche sentados afuera donde habían carneado, no sabe la hora, empezó otra vez el alegato, volvieron a pelear y el otro le dijo te voy a matar conchetumadre (sic)”, se lee en su testimonio.

Pero la pelea no quedó ahí. José lo fue a buscar a su pieza. “Te vas a la mierda de mi casa, querís mandar tú más que nosotros”, le reprochó. Retomaron la pelea, Guzmán blandió un azadón dispuesto a atacarlo. En eso, Troncoso tomó un cuchillo para –aseguró– defenderse. “Después no lo vi más, se me borró la mente”, se justificó.

Con el cuchillo, Troncoso Chuñil le perforó el tórax a Guzmán y le atravesó el pulmón, dándole muerte en el lugar. La causa del deceso fue taponamiento cardiaco y en el juicio oral testificaron nueve personas, entre ellos cuatro hermanos de José Troncoso y su madre, Julia Chuñil.

Mega Investiga accedió a la declaración que prestó la líder mapuche en 2018, en el marco del juicio oral y, consultada por los persecutores y la defensa, relató parte de su vida.

Contó que se dedicaba a la venta de huevos, pero que no le alcanzaba para vivir. Dijo, además, no tener certeza de cuál era su ingreso total. Con esa plata compraba las cosas que le faltan y le “costaba reunir $100 mil al mes”. A veces, tenía que vender a sus gallinas.

En ese entonces, Julia dijo que tenía que mantener a dos nietos y a su hija Jeannette. “Pide disculpas a los familiares por lo que hizo su hijo. Ella está enferma y sola”, señala la transcripción. Y por último aseguró que su hijo mató a Guzmán “fuera de su conocimiento” y sin que ella se enterara.

“Ellos siempre peleaban cuando tomaban, el finado siempre andaba armado, con cortaplumas. “El Martillo” era alcohólico. “El Cheli” cuando se juntó con “el Martillo” se dedicó a tomar. Por ese entonces “el Martillo” vivía en mi casa, nadie lo quería tener pues cuando tomaba era muy atrevido. “Cheli” lo trajo pues andaba botado por ahí, no tenía donde dormir”, declaró la mujer desaparecida.

En el juicio también declaró su hija Jeannette y dijo que "el finado siempre le pegaba" y cuenta que Julia le fue a decir que se escuchaban golpes afuera, pero su hija le respondió que "no se preocupara, que siempre pasaba eso". 

Por ese delito, en 2018 José Troncoso Chuñil fue condenado a 12 años en el Complejo Penitenciario de Valdivia, pero podrá optar a la libertad en noviembre de este año.

Una amenaza de muerte

Pero ese no fue el primer antecedente de violencia en su familia. El 2 de noviembre de 2014, José Troncoso llegó a la casa de su madre Julia bajo los efectos del alcohol y luego de una discusión, la amenazó de muerte.

“Se encontraba bajo los efectos del alcohol y producto de una discusión procedió a insultar a su madre, la víctima, procediendo el requerido a tomar un elemento contundente, tipo murrero, con el cual amenazó de agresiones y de muerte a Julia Chuñil Catricura. De acuerdo con los antecedentes, las amenazas resultan serias y verosímiles en cuanto a su consumación”, describió la acusación de la fiscalía.

Por ese hecho, la fiscalía llevó a José Troncoso a un juicio oral simplificado, donde se condenó a uno de los menores del clan Chuñil a 540 días de presidio. Además, Troncoso mantiene antecedentes penales por hurto y violencia.

La principal tesis de la familia –que quedó plasmada en una querella que presentó el 9 de diciembre la Fundación Escazú Ahora– apunta al empresario forestal y agrícola Juan Carlos Morstadt Anwandter, quien en el pasado habría proferido amenazas en contra de Chuñil por disputas sobre los terrenos que posee la Conadi y que son resguardados por la comunidad Putregel, según reza el escrito.

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Hasta ahora, las pericias de la Fiscalía se han concentrado en la familia y el entorno de Julia. El esposo de Jeannette Troncoso Chuñil, un hombre de 52 años llamado Bermar Flavio Bastías Bastidas, declaró que Julia “estaba debajo de la casa”.

En entrevista con Radio Universidad de Chile, Pablo San Martín Chuñil, quien ha sido el rostro visible de la familia, contó el episodio. "Mi hermana igual la están hostigando mucho. Un día quedó muy mal porque la hicieron una interrogación dentro de una van, en un furgón, que justo llegó esos días que Flavio le dijo que estaba ‘debajo de la casa' mientras este se encontraba en estado de ebriedad”, dijo San Martín en la entrevista.

Y agregó: “Flavio, en su borrachera, mencionó algo sobre la ubicación de su madre, lo que llevó a los policías a realizar una excavación en la entrada de la casa. Mi hermana me cuenta que le dijeron: ‘Jeannette, vamos a hacerte una preguntita’, así nomás, y ya. Una vez que estuvo adentro de la van, llegan y le dicen: ‘Aquí tienes que decirme la verdad, ¿Qué pasó? ¿Tu mamá no salió de aquí de la casa? ¿De aquí de la casa no salió? ¿Tuvieron alguna pelea? ¿Te están amenazando? Dinos quién fue".

La familia acusa que la fiscalía busca levantar un montaje contra ellos y que la carpeta no contiene ningún avance significativo. La investigación ya no es secreta para los interviniente y personal del GOPE se encuentra en el Fundo Lafit custodiando las diligencias.

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