Entrenar al aire libre en invierno: Esto es lo que debes saber para evitar lesiones, según un experto

Las bajas temperaturas que afectan a la capital y a varias zonas del país llevan a las personas a buscar alternativas para mantenerse activas. Entre ellas, la actividad física al aire libre destaca no solo como una forma de entrar en calor, sino también como una herramienta para mejorar la condición física.

Sin embargo, entrenar en frío, viento o incluso nieve puede tener efectos negativos, especialmente en las articulaciones, si no se toman ciertas precauciones.

Desde la clínica Revitamed, el Dr. Gonzalo Martínez, especialista en Medicina Deportiva, advierte sobre los riesgos de ejercitarse en invierno y entrega una serie de recomendaciones clave para hacerlo de forma segura.

El entrenamiento debe adaptarse a la persona

“Si una persona no tiene experiencia previa en actividad física, lo más adecuado es comenzar con supervisión profesional. Es fundamental ajustar la carga e intensidad del ejercicio según la condición física actual. Y si existen patologías cardiovasculares no tratadas o molestias al realizar esfuerzos, siempre es recomendable consultar con un médico antes de iniciar cualquier rutina”, señala el Dr. Martínez.

Entrenar en bajas temperaturas requiere una planificación más cuidadosa. El calentamiento previo es fundamental para preparar músculos y articulaciones, reducir el riesgo de lesiones y mejorar el rendimiento general.

Los especialistas recomiendan realizar ejercicios de movilización y activación muscular progresiva, aumentando gradualmente la intensidad antes de comenzar con la rutina principal.

Además, en climas extremos o con temperaturas muy bajas, puede ser necesario moderar la intensidad de ciertos ejercicios, especialmente si implican un alto grado de exigencia muscular.

Ropa técnica, en capas y cómoda

Otro aspecto clave al ejercitarse en invierno es la elección del vestuario. El Dr. Martínez recomienda optar por ropa técnica y liviana, dispuesta en capas, lo que permite retener el calor al inicio de la actividad y retirar prendas conforme aumenta la temperatura corporal.

“El vestuario debe permitirnos sentirnos cómodos, movernos con libertad y adaptarse a las condiciones del entorno. No debe ser un obstáculo para el rendimiento”, indica el especialista.

También es importante considerar el lugar de entrenamiento. Quienes se ejercitan al aire libre deben abrigarse más, mientras que en espacios cerrados, como gimnasios, se puede usar ropa más ligera gracias a la temperatura controlada.

El calzado debe ser liviano, flexible y con buen agarre, especialmente en superficies húmedas, heladas o resbaladizas. Un mal calzado no solo compromete el rendimiento, sino que también puede aumentar el riesgo de caídas o lesiones.

¿Entrenar con frío tiene beneficios?

Aunque las bajas temperaturas presentan desafíos, también existen beneficios metabólicos y cardiovasculares asociados a entrenar en condiciones frías. No obstante, estos dependen del tipo de persona y sus objetivos específicos.

“En personas sin objetivos deportivos específicos, lo recomendable es buscar las horas más cálidas del día para realizar actividad física al aire libre”, enfatiza el Dr. Martínez.