Tras denuncia en colegio de Puente Alto: Los riesgos de una vacunación antihigiénica

¿Qué pasó?

La Policía de Investigaciones y la Seremi de Salud, están investigando la denuncia que realizaron los apoderados del colegio Alicante del Valle de la comuna de Puente Alto contra una enfermera. Los padres aseguran que la mujer vacunó con la misma aguja a varios niños al interior del establecimiento, en medio de una masiva vacunación contra la influenza.

El jefe de la unidad de pacientes críticos de la Clínica Indisa, Sebastián Ugarte, conversó este martes con Ahora Noticias y explicó los riesgos que existen en un mal procedimiento de vacunación antihigiénica, "si una misma aguja se utiliza para inyectar a una persona y luego a otra, hay un intercambio de pequeñas cantidades de sangre, y en ese acto se puede contaminar con virus de las hepatitis B, virus de la hepatitis C y si alguien tuviera Virus de la Inmunodeficiencia Humana (...) Si hablamos de un volumen grande de 300 o más personas pasa a ser un problema delicado en términos de salud pública”, sostuvo.

Asimismo agregó, “si no es una jeringa prellenada y una monodosis, eso permite más manipulación. Si inyectaron suero, en sí mismo no va a hacer daño, lo que va a hacer daño es la jeringa y la aguja en particular que puede pinchar a más de una persona, lo que sí es que le daría la falsa sensación de seguridad de estar protegido contra la influenza”, enfatizó. 

¿Cuáles son los síntomas tras reutilizar una aguja?

El doctor afirmó que al adquirir una enfermedad a través de la mala manipulación de las vacunas, los síntomas aparecen tardíamente: “No aparecen ni al día, ni a los dos días, ni a la semana después del pinchazo y puede demorarse. Convengamos que en el mundo cada año existen 4 millones de personas que se infectan por utilizar agujas reutilizadas (...) Por lo tanto en Chile tanto el ministerio de Salud como los prestadores individuales particulares, optaron por usar jeringas prellenadas para la campaña de vacunación y así se evita este problema”, indicó.

El especialista, recalcó que lo más peligroso de estas malas prácticas “es lo que pasa con la aguja, la aguja perfora la piel y entra en contacto con la sangre del paciente y esa aguja es hueca, y en esa cavidad, aunque uno no lo vea, quedan pequeñas gotitas de sangre, entonces al pinchar a otra persona y ejercer presión, salen esas gotitas de sangre primero, antes del contenido y le inyectan sangre de un paciente al paciente siguiente, entonces el mayor riesgo, la mayor peligrosidad está en el aguja”.