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¿Por qué en Venezuela hay que revelar la clave de las tarjetas de débito al comprar?

¿Te imaginas ir de compras y que, al momento de pagar con débito, te pidan la clave de la tarjeta? Una situación difícil que ocurra en Chile, pero que es muy común en Venezuela.

En este país, independiente del producto que se compre en cualquier supermercado o almacén, los vendedores suelen exigirle la contraseña a los clientes por una insólita razón que les permite mantener a flote su negocio.

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¿Por qué en Venezuela hay que revelar la clave de la tarjeta de débito?

Para contextualizar la respuesta, primero se debe entender que la posesión de dinero en efectivo es una tendencia que va a la baja en Venezuela. La mayoría de su población prefiere usar tarjeta de débito, principalmente por la devaluación del bolívar, la moneda local.

Este efecto de la economía ha provocado que una cantidad de billetes sea insuficiente para comprar un determinado producto. Entonces, para no portarlos, la población acude al plástico a la hora de adquirir alimentos, por ejemplo, por más pequeña que sea la transacción.

 

En Venezuela, no solo se paga en bolívares, sino también en dólares estadounidenses (AFP)

 

En este escenario, lo que en Chile consiste en una cifra protegida e intransferible, el número de identificación personal (PIN, por sus siglas en inglés) de las tarjetas bancarias son casi de dominio público en territorio venezolano.

La razón de esta exigencia es insólita. Según consigna Agencia EFE, los comerciantes piden la clave, porque los clientes no hacen un tecleo suave en el datáfono, también conocido como Terminal Punto de Venta (TPV).

Para evitar que la máquina sea dañada por el presunto maltrato que haga el comprador de ella, es el propio vendedor quien inserta el PIN del consumidor, lo que se ha convertido en una práctica cotidiana en los recintos comerciales venezolanos que solo se altera cuando el comprador es extranjero, no acostumbrado a esta situación.

 

Datáfono o también llamado Terminal Punto de Venta (Freepik)

 

Razón insólita que mantiene a flote a los negocios

Sin dudas que es una extraña situación que genera inseguridad, pero para los comerciantes es crucial mantener funcionando el TPV, porque si no, ¿cómo venden en un país cuya población no porta dinero en efectivo?

Los vendedores ya atravesaron ese escenario, cuando aún no pedían la contraseña. "Los datáfonos se estropeaban frecuentemente, lo que impedía la continuidad de las ventas, algo que también se convirtió en un problema, debido a la escasez de piezas para reparar los aparatos o de equipos para ser sustituidos por uno nuevo", señaló EFE.

Al estropearse los terminales de venta, no solo perdían los comerciantes al quedarse sin ventas, sino también el consumidor por no obtener el producto o servicio deseado. Por lo tanto, la exigencia del PIN pretende beneficiar a ambas partes, aunque de una manera cuestionable.