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Estudio asegura que humanos no fueron los únicos constructores de la Gran Esfinge de Giza en Egipto

Además de las pirámides, otra escultura icónica de Egipto es la Gran Esfinge de Giza, que consiste en una enorme cabeza humana dotada de un cuerpo de león, alcanzando los 70 metros de longitud.

Su atractivo no solo está en la imponencia, sino también en los misterios que rodean esta histórica figura que habría sido creada en el año 2500 antes de Cristo y que hoy está situada cerca de las tumbas de poderosos faraones.

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Precisamente su enigmático origen ha sido materia de investigación y así lo demuestra un estudio científico desarrollado por el Laboratorio de Matemáticas Aplicadas de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos.

La versión histórica y mayoritariamente aceptada señala que la escultura fue creada por Kefrén —de hecho, el rostro humano de la esfinge sería la de este faraón—. Pero el mencionado estudio propone una particular procedencia de la estructura.

 

Gran Esfinge de Giza (Shutterstock)

 

¿La esfinge no fue construida solo por humanos?

Así lo asegura la investigación de la universidad norteamericana, que los antiguos egipcios no habrían construido por sí solos la emblemática figura. Es decir, las herramientas rudimentarias con las que contaban en ese entonces no fueron las que dieron toda la forma a la esfinge.

Los especialistas se centraron en el terreno con el que se encontraron aquellos hombres antes de empezar la construcción de la estructura, profundizando en sí el entorno natural influyó en la obra.

Para ello, el laboratorio replicó las condiciones que existían cuando se creó la esfinge, con le objetivo de demostrar que "el viento se movía contra las formaciones rocosas, posiblemente dando forma por primera vez a una de las estatuas más reconocibles del mundo", declararon los investigadores en un comunicado.

 

Turista mirando hacia la Gran Esfinge de Giza en Egipto (Freepik)

 

Entonces, una parte importante de la formación de la escultura se debe a la erosión eólica: "Nuestros experimentos demostraron que formas sorprendentemente parecidas a las de una esfinge pueden provenir de materiales erosionados por flujos rápidos (como el viento)", expresó Leif Ristroph, principal autor del estudio.

¿En cómo influyó el viento en la construcción de la esfinge?

La respuesta está en los yardangs, definidos por el portal Britannica como "grandes áreas de roca blanda y poco consolidada que han sido surcadas, estriadas y picadas por la erosión eólica".

 

Las dos figuras sobresalientes consisten en yardangs (Getty Images)

 

Fue así que el laboratorio supuso que "la Gran Esfinge podría haberse originado como un yardang que posteriormente los humanos detallaron en la forma" que tiene actualmente, afinando detalles para formar el rostro humano y el cuerpo del león.

 

Las líneas horizontales representan el viento que erosionan sobre un cuerpo de arcilla que imita la Gran Esfinge (Universidad de Nueva York)

 

"Nuestros resultados proporcionan una teoría simple del origen de cómo las formaciones tipo esfinge pueden surgir a partir de la erosión. Hoy en día existen yardangs que parecen animales sentados o tumbados, lo que respalda nuestras conclusiones", aseguró Ristroph.

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