La increíble historia del exclusivo Ferrari encontrado bajo tierra en un jardín familiar

Una familia vivió 40 años en una casa de Los Ángeles, Estados Unidos, y nunca imaginó que enterrado en su propio jardín había un importante tesoro. Se trataba de uno de los cien Ferrari Dino, que a pesar del tiempo y el deterioro que sufrió, sigue sorprendiendo a los fanáticos de los autos de lujo.

El hallazgo se produjo en 1978, cuando la familia Underwood excavó el jardín tras sospechar que había algo enterrado. Con temor a lo que pudieran encontrar, dieron aviso a la policía, que se acercó al lugar e hizo las excavaciones correspondientes. Sin embargo, lo que descubrieron no estaba en sus planes: un Ferrari.

Al ver el vehículo se sorprendieron. Nunca se imaginaron que en su jardín tenían un auto de colección, Chairs and Flares. Este modelo era exclusivo ya que solo se habían fabricado 100 unidades en el mundo. 

Tras su hallazgo, la pregunta que más se repitió entre los presentes fue: ¿Cómo llegó este vehículo a quedar bajo tierra?

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La investigación

Las incógnitas eran demasiadas, por lo que las autoridades iniciaron una investigación, en la cual la policía determinó que Rosendo Cruz, un plomero de origen hispano, había sido el dueño de aquel Ferrari Dino de 195 caballos.

Al parecer, lo compró por 22.500 dólares en el concesionario Hollywood Sports Cars. El sujeto había gastado sus ahorros en ese auto para poder “reconquistar a su mujer” el día de su aniversario de bodas.

El plomero le mostró el auto a su esposa, fueron a cenar a un lujoso restaurante, pero al regresar por el vehículo, ya no estaba. Tras el robo, Cruz denunció lo ocurrido y el seguro le retornó todo el dinero. Así consignó Los Ángeles Times. 

La verdadera historia

La historia dio un giro completo, luego que las autoridades descubrieran que todo había sido un plan de Cruz, quien le había pedido a un grupo de amigos que le robaran el auto y lo tiraran al mar. 

Aunque la orden se llevó a cabo, no fue lanzado al agua. Más bien fue enterrado en una zona “no urbanizada”, la cual con los años se llenó de casas.

Pese a que algunas de las piezas del auto estaban oxidadas, un mecánico local lo compró por seis mil dólares y logró restaurarlo.

El Ferrari volvió a lucir como al momento de ser ensamblado y la historia ha sorprendido a decenas de personas durante estos años.

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