Testigo de homicidio de Margarita Ancacoy: "Eran una hienas, eran unos salvajes como le pegaban"

"Ellos venían hacia mí, yo soy víctima no testigo".

Con esas palabras Jorge Obreque relató lo ocurrido el pasado lunes 18 de mayo a las 5:15 horas en la intersección de avenida República con calle Domeyko, en Santiago centro.

Este hombre, que lleva más de 40 años trabajando en el Club Hípico, señaló, en conversación con  Canal 13, que veía a Margarita Ancacoy "todos los días llegar a esa hora también", y en esa oportunidad, no fue diferente.

Sin embargo, la circunstancia cambió cuando él al bajarse de la micro vio que un grupo de siete personas, no cinco como sostiene la justicia, iban directamente para atacarlo. Ahí, Obreque sacó su cinturón para tratar de ahuyentarlos, por lo que los sujetos retrocedieron y se percataron de la presencia de la mujer de 40 años.

"¡Corra, señora! ¡Corra, señora!", declaró que le gritó, pero ella no alcanzó a escapar. 

"Eran una hienas, eran unos salvajes como le pegaban. Yo les pedía, les suplicaba que no le pegaran más, por favor. Yo decía '¡suéntela, suéltenla!'", dice Obreque.

Al ver la golpiza, el hombre se quedó en shock y segundos más tarde reaccionó para ir a pedir ayudar. "Cuando fui a Carabineros, todavía estaban pegándole", afirma.

Tras lo ocurrido, Obreque sigue lamentándose por la muerte de Ancacoy, diciendo que tiene el "sentimiento de no haberla salvado". "Ella me salvó a mí al final", comenta.

"Yo creo que cuando esté el último preso voy a desahogarme. Por eso quiero dar un abrazo de aquí a la familia y espero que sigamos juntos hasta el final", dice con Jorge, agregando que a la familia "les pido perdón por no haber podido salvarla".

"Voy a seguir hasta el final para que queden presos estos asesinos", finaliza.