Exreligiosa: "Fui abusada sexualmente por una monja y me hicieron callar"
A sus 37 años, Consuelo Gómez, se atreve a contar su historia, esa que calló por décadas y que comenzó cuando era una joven novicia en una congregación religiosa de Molina, en la región del Maule.
"Fui abusada sexualmente por una monja y me hicieron callar", reveló Gómez a Emol, contando por primera vez su más grande secreto.
Su calvario comenzó hace casi dos décadas. Su vocación por el servicio religioso la llevó a unirse a una congregación fundada por una monja española en Molina cerca de Curicó, donde debía cumplir con su labores sin recibir ningún tipo de retribución. Aunque las condiciones en las que se mantenía no eran las mejores, Consuelo sabía que era parte del camino eclesiástico.
Cerca de los 20, la mujer sufrió la muerte de su abuelo, lo que le provocó una fuerte depresión que comenzó a complicar su salud. En este escenario fue enviada a España para continuar con su servicio. Fue ahí donde ocurrieron los peores abusos.
En Europa sus labores ya casi no eran de servicio religioso y prácticamente se convirtió en una empleada sin descanso de la congregación a la que pertenecía. Pero esa no fue su peor experiencia.
"Fui abusada sexualmente por una monja en España, que también era chilena y superior a mí, varias y repetidas veces. Y todos sabían y me hicieron callar. Me hicieron sentir a mí que era culpable de todo. Pero ahora comprendí que esta es una historia que yo viví, que es mía, y que no soy la única", relató Gómez.
La mujer abusó de ella en pieza que compartían, cuenta. "Cuando yo entraba al baño, ella también lo hacía y cerraba con llaves para luego manosearme. Me forzaba física y psicológicamente a hacer cosas que yo no quería".
Consuelo agrega que en su paso por España vio muchos tipos de acosos y abusos cometidos por sacerdotes, capellanes o directores espirituales que le revisaban hasta la ropa interior que usaban. "Se les iban las manos hacia zonas que no debían, muchas tocaciones indebidas", dice la ahora exreligiosam, quien aclara que esto "también ocurría en Chile".
Tras su regreso al país, y con el trauma por lo sucedido en España, Consuelo colapsó contó todo lo ocurrido al nuncio Ivo Scapolo, pero según su relato "no se ha hecho nada" por su caso.
Hoy Gómez puede enfrentar su verdad sin esconderse en el anonimato y celebra que por fin "está saliendo a la luz pública la verdad de lo que ha pasado y lo que hemos soportado", refiriéndose además a los casos recién conocidos por el Papa Francisco que apuntan a Fernando Karadima.
Con respecto a las sanciones, Consuelo no tiene dudas. "Todo lo que se pueda hacer contra los obispos es poco. Yo los metería a la cárcel. Son todos una pila de mentirosos, sinvergüenzas e hipócritas", cierra.